opinión

Calle Porvera | Lo tuyo es puro teatro

Siempre me han gustado los focos y los escenarios. Ya de pequeñita me apuntaba la primera a las obras de teatro del colegio o en las fiestas de principio y final del verano que hacíamos en nuestro bloque, aprovechando la piscina de la urbanización y en una suerte de ritual pagano que nos brindaba la oportunidad de hacer teatrillos de los Álvarez Quintero, bailes y todo tipo de actuaciones.

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Aquellas celebraciones de nuestra creatividad infantil calaron hondo, y alguna de mis amigas de entonces es hoy en día actriz profesional. En mi caso la afición no llegó a tanto, pero se me metió para siempre en el cuerpo el gusanillo de la farándula.

Otro amigo mío de Sevilla, Darío, no se cansó de repetirme durante los cuatro años que duró la carrera aquello de «lo tuyo es puro teatro», y para remarcar su consejo y su interés en que yo desviara mis pasos hacia lo artístico cada vez que entraba en su tienda a hacer fotocopias o a invitarlo a un café me cantaba a gritos como La Lupe o me recibía con la melodía a todo trapo. Nunca le presté atención, sobre todo porque una es realista y reconoce que su talento para la tablas es limitado, de aficionada y poco más.

Algunos años después me he dejado embarcar en una nueva aventura a la que me asomé por primera vez en noviembre y que me tiene entusiasmada desde entonces. Me ha acogido con entusiasmo un grupo fantástico de mujeres de todas las edades de Guadalcacín que han puesto en pie una compañía de teatro y con las que me reúno todas las semanas para ensayar, reírnos y disfrutar juntas sin pensar en los problemas del día a día. El poder terapéutico de los ensayos teatrales debería ser objeto de estudio. Y estrenamos en breve...

ppacheco@lavozdigital.es