Del Liberación a Innsbruck Una campaña para enmarcar
Actualizado: Guardaron nueve años tuvo el privilegio de ser entrenado por otra de las leyendas del fútbol jerezano, Kiko Narváez. Dani siempre ha recordado con ilusión sus años en el Liberación, en el campo de tierra de la Zona Sur donde el ex jugador del Atlético de Madrid, en esos momentos en el Cádiz, venía una vez a la semana para enseñarle algo de su arte a los más pequeños del barrio. De Kiko, Güiza adoptó dos cosas importantes en su carrera deportiva, su olfato goleador y el arquero, la peculiar manera con la que Narváez celebraba sus tantos y que ahora repite con orgullo el delantero de la selección nacional. Cuando Aragonés lo llamó por vez primera, en noviembre de 2007, Güiza comentaba a este medio que «me acuerdo de mis compañeros del Liberación, que fue cuando ganamos en categoría cadete. Los recuerdo porque muchos siguen siendo mis amigos». Los que se enfrentaron a Dani lo recuerdan casi con odio, por lo complicado de robarle el balón, aunque orgullosos de haber jugado contra este crack. De la Liberación a Innsbruck pasando por Mallorca, Barcelona, Huelva, Murcia, Getafe y de nuevo Mallorca. El siguiente destino: ¿Barcelona? El pasado 17 de febrero la Asociación de la Prensa Deportiva de la provincia de Cádiz otorgó el premio de mejor futbolista del 2007 a Dani Güiza. Fue un acto sobrio celebrado en Chiclana, pero que dio lugar al inicio de lo que es ahora el delantero, una leyenda del fútbol gaditano. «Estoy muy agradecido y muy contento de que se acuerden de mí en la tierra donde nací. Dedico este premio a mi hijo», afirmó el ariete jerezano, muy comprometido siempre con esta tierra. Ahora toca recoger dos galardones más, la Bota de Plata y el Pichichi. Y es que Dani, con cerca del 70% de los goles anotados fuera de casa, presenta un promedio goleador superior incluso a estrellas como Luca Toni (Bayern Múnich), Adebayor (Arsenal), Torres (Liverpool) y Huntelaar (Ajax). Con sus 27 dianas no se ha proclamado el máximo goleador de las ligas europeas sencillamente porque el portugués Cristiano Ronaldo ahora mismo es inalcanzable.