El horrible Año de la Rata
Las tragedias se ceban con China y los supersticiosos creen que también afectarán a los Juegos Olímpicos
Actualizado: GuardarTRAS el terremoto del 12 de mayo, que se ha cobrado ya más de 65.000 vidas y ha dejado 20.000 desaparecidos, el peligro sigue amenazando a los habitantes de Sichuan. Ahora el riesgo viene de las concentraciones de agua que se han formado en las zonas afectadas por la acumulación de barro y rocas desprendidas de las montañas en los corrimientos de tierra, que bloquean los ríos.
De las 35 bolsas originadas así, la más peligrosa es la del lago Tangjiashan, donde se ha formado una barrera natural que interrumpe el curso del río Jianhe. Allí se acumulan 130 millones de metros cúbicos de agua que, en caso de romperse el dique, anegarían la derruida ciudad de Beichuan y sus áreas colindantes.
Para evitar estas inundaciones, el Ejército dinamitará los cien mil metros cúbicos de barro y rocas que bloquean el lecho del río, al tiempo que ha evacuado a más de 30.000 personas de esta zona a la que sólo se puede acceder a pie o en helicóptero.
Pero esta consecuencia del fuerte seísmo que ha llevado la tragedia y el horror al pueblo chino es sólo un pico del horrible año que vive el gigante asiático, justo cuando va a ser el centro de atención mundial con motivo de los Juegos Olímpicos del próximo agosto. El convulso Año de la Rata ya empezó con mal pie debido al temporal de nieve que azotó al 'dragón rojo' en enero y febrero. Las fuertes nevadas que cayeron durante un mes, las más graves en medio siglo, colapsaron las comunicaciones por carretera y ferrocarril y arruinaron las vacaciones del Año Nuevo Lunar a millones de chinos. En total, las pérdidas por las tormentas ascendieron a más de 5.000 millones de euros.
Cuando el país parecía recuperarse estalló la revuelta independentista en Tíbet. En los peores disturbios desde 1989, la ola de violencia protagonizada por los tibetanos dejó, según el régimen comunista, una veintena de muertos de la etnia han. Según el Gobierno en el exilio, el Ejército Popular de Liberación mató a 150 manifestantes y detuvo a miles de ellos en una brutal represión que llevó a Pekín a cerrar a cal y canto Tíbet y las zonas rebeldes de Gansu, Qinghai y Sichuan.
El seísmo más grave
Y, el pasado 12 de mayo, el sudoeste del país sufrió un terremoto de magnitud 8 en la escala Richter, el más grave y mortífero desde el seísmo que se cobró 240.000 vidas en la ciudad de Tangshan el 28 de julio de 1976. Ante esta interminable racha de mala suerte, los chinos, uno de los pueblos más supersticiosos del mundo, ya han empezado a buscar las explicaciones más inverosímiles en los números o hasta en las mascotas olímpicas.
Debido a su fijación por las cifras, muchos internautas achacan las catástrofes al número 8, que hasta ahora era el de la suerte en el coloso oriental. No en vano, el temporal de nieve arreció el 25 de enero (25-1), la revuelta tibetana estalló el 14 de marzo (14-3) y el terremoto se produjo el 12 de mayo (12-5), por lo que todas estas cifras, sumadas una a una, dan lugar a 8. Para colmo, muchos se temen que lo peor esté aún por venir y que ocurra durante los Juegos Olímpicos, que comenzarán en el 8 de agosto (8-8-08), una fecha que antes era mágica y ahora se antoja fatídica.
Y es que ni siquiera las mascotas olímpicas se han librado de ser culpadas de esta maldición que parece haber caído sobre China. En los foros de Internet se acusa al antílope tibetano 'Yingying' de estar detrás de la revuelta; a la antorcha 'Huanhuan' de su accidentado recorrido internacional, y al panda 'Jingjing' del terremoto de Sichuán.