La leyenda del olor a sal
Actualizado: GuardarHuele a pescado», dijo una persona del público, y también a bajamar en las rocas, a sal. Lo que el experto perfumista Alexander Schmitt hizo probar ayer en Vinoble era un aroma concentrado de algas de la costa. Según su experimentada nariz, se trata de uno de los componentes identificados en los vinos de Sanlúcar de Barrameda, envejecidos en botas de roble al aire del Atlántico. «Realmente no sé como ocurre, pero huelen a mar y a sal», dijo Schmitt que no cerraba hipótesis pero confirmaba que las uvas robaban el aroma del océano en las costas de la provincia. «Es así. En Estados Unidos encontramos en un vino aroma de eucalipto y realmente había eucalyptol. Cerca de las viñas había un gran bosque de estos árboles del que las cepas estaban tomando el aroma», explicó. Pero aquel no era olor buscado: «Terminaron por talarlos».