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27 M - un año después

Doce meses y todavía sin arrancar

Las elecciones municipales del 2007 cambiaron el mapa provincial y llevaron a pactos que hoy están en el punto de mira Los proyectos clave de varios municipios de la Bahía están aún paralizados por la falta de entendimiento

LA VOZ | CÁDIZ
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Mañana se cumple un año de las elecciones municipales que cambiaron el mapa político de la provincia y transformaron el Gobierno de Diputación, sujeto durante cuatro años a un macropacto. El PSOE logró en la provincia 26 alcaldías, frente a siete el PP, otras tantas IU, tres el PA y una por Roteños Unidos. Sin embargo, el inicio de la legislatura municipal no ha sido tarea fácil. El pacto institucional entre los socialistas y la coalición IU, al igual que la alianza estratégica perpetrada entre el PP y el PA han dado lugar a notables cambios en los municipios. Así, diez localidades están gobernadas por pactos, lo que ha significado un arranque lento del curso político. Los casos más destacados han sido Chiclana, donde un cutripartito liderado por el PP le arrebató la Alcaldía al PSOE, o la unión entre populares y andalucistas en San Fernando, que evitó la investidura del socialista López Gil como alcalde.

Los pactos y las diferencia políticas -traducidas en lentitud de los proyectos anunciados- han marcado el primer año de andadura. Uno de los frenazos más significativos y que sirve de ejemplo ha sido la obra del tranvía en Chiclana. El proyecto estaba consensuado hasta el 27-M, pero el nuevo alcalde, el popular Ernesto Marín, ha pedido cambios en el trazado y ha paralizado su actuación en el municipio. En el caso de Cádiz, ha sido un año de colocación de las primeras bases de cara al Bicentenario. Pero hay proyectos que, dada la diferencia de color de las administraciones, siguen un ritmo lento, caso de la plaza Sevilla.

El año se ha visto salpicado también por las elecciones del pasado 9-M, que han contribuido a despejar incógnitas en la provincia. El PSOE, aunque gana en votos, sufre una bajada de apoyos en las autonómicas y un ligero descenso en las generales, que lleva al PP a quitarle un diputado en el Congreso. La situación de pactos ha generado también incertidumbres ante los amagos de rupturas. Uno de los rumores más sonados ha sido el de San Fernando. La última alianza en caer se localiza en San José del Valle, donde el PSOE se ha quedado en minoría, tres concejales, al romper su pacto con la Unión Vallense. Suma y sigue.

CÁDIZ, A PASO LENTO

Movida del PP en el Ayuntamiento

La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, ha cumplido doce meses de gobierno con la mirada puesta en el Bicentenario y en algunos miembros de su equipo. Su gestión en favor de las obras clave para la ciudad ha tenido que contar con la opinión del Gobierno central y de la Junta. Así, mientras las administraciones dedicaron varios meses en erigir el Oratorio de San Felipe como epicentro del Bicentenario y negociar con el Obispado su desacralización, la Junta se salió por la tangente y situó al Castillo de San Sebastián como el icono del Doce. Toca ahora desarrollar el proyecto de obras. Teófila Martínez tampoco ha podido sacar adelante este año la reordenación de la plaza Sevilla, que lleva años dando tumbos, pese a contar con una solución en 2002 a través del gobierno popular. La Junta ha obligado a una nueva reordenación. En el terreno político, el Gabinete de Teófila Martínez se ha visto obligado a afrontar una crisis a raíz de la salida de José Loaiza como concejal de Urbanismo. Loaiza dejó el cargo para dedicarse por entero a su tarea de parlamentario. Igualmente, ha tenido que superar el órdago de su concejal de Hacienda, José Blas Fernández, que amenazó con tirar la toalla tras ser excluido a última hora de la lista al Senado. La alcaldesa aguantó el temporal nombrando teniente alcalde a José Blas y concejal de Fomento y Urbanismo a Ignacio Romaní.

EL DESCALABRO DE IP

Maniobra popular en El Puerto

El cambió también llegó hasta El Puerto gracias a un pacto. Enrique Moresco y Fernando Gago, dos importantes cargos del partido de Independientes Portuenses, son los responsables de que el PP gobierne con mayoría absoluta en el municipio. Tras abandonar IP y fichar por el PP, Moresco realizó una dura campaña arremetiendo y criticando a su anterior partido, en el que había estado quince años. El PP se quedó al borde de la mayoría absoluta con once ediles, sin embargo, un pacto con el dirigente del PA, Antonio Jesús Ruiz, y el concejal tránsfuga, Fernando Gago, que ostentaba la cabeza de lista de IP, permitió que el PP lograra la mayoría absoluta. Sin embargo, el año de Gobierno del tripartito formado por el PP, PA y Fernando Gago no ha sido fácil. Existe un enorme caos urbanístico en el municipio con cerca de 4.600 viviendas ilegales. La Junta ha rechazado el PGOU realizado por el anterior Gobierno y ahora hay que realizar otro, trámite que tardará más de tres años y costará cerca de dos millones de euros. .

Asimismo, el concejal de Medio Ambiente, Ignacio Colón, dimitió de su cargo hace tres semanas debido «a problemas personales». El momento no podía haber sido peor ya que la nueva edil de Medio Ambiente, Beatriz Fuentes, ha aterrizado con una huelga indefinida de los trabajadores encargados de la limpieza de playas y pinares.

Por otro lado, la oposición no ha dado ni un minuto de descanso al Gobierno local. El PSOE ha llevado el caso Gago ante la mesa nacional contra el Transfuguismo, donde está pendiente de resolución.

En el apartado de los logros, cabe resaltar que la concejal de Urbanismo, Patricia Ybarra, ha puesto orden a la proliferación de viviendas ilegales en el municipio. Se está diseñando un Plan General que permita a la ciudad crecer de forma racional y ordenada.

FRENAZO EN CHICLANA

Amenazas de ruptura

La sensación que a día de hoy tienen algunos chiclaneros es que el PP, con su alcalde Ernesto Marín a la cabeza, está dejando que sus tres socios de gobierno, IU, PA y PSA, quemen sus naves para poder optar a gobernar en solitario en la próxima legislatura. De momento, este primer año de gestión ha deparado tensión.

Tras la debacle electoral del PSOE, que ganó las elecciones municipales pero perdió la Alcaldía de manos de José María Román, nacía un pacto de gobierno gestado durante meses que se dio en llamar cuatripartito, y que obtenía la mayoría absoluta en la Corporación Municipal

A muchos les cuesta aún entender las razones de un pacto entre cuatro ideologías tan diferentes, que defendían «la vuelta de la democracia a la ciudad», y que representaban una alianza que desde las filas socialistas se denominó pronto como «el pacto por la pasta». Con la inestabilidad y la inexperiencia propias de quien nunca ha gobernado, pronto se les cayeron los primeros palos. Apenas un mes después de su llegada al poder dimitía el número tres de IU, Andrés Díaz, tras hacerse público que era propietario de una vivienda ilegal. Algo tan habitual en Chiclana acababa con José Blanco Corrales, militante de la vieja guardia comunista de IU. Era el delegado de Deportes y Cooperación.

Los primeros meses de la legislatura transcurrieron en medio de un ambiente político muy crispado y enrarecido, con una oposición del PSOE muy violenta verbalmente, y un gobierno que, según Marín, «necesitaría aún algún tiempo más para asentarse». El propio Marín fue el segundo obstáculo en el camino del cuatripartito, cuando se conoció que había abierto el almacén de su nueva fábrica en El Marquesado sin los permisos reglamentarios el enganche del suministro eléctrico. Seguía la crispación.

Fueron unos meses de continuas amenazas y reproches, de aperturas de comisiones de investigación y de sacudida de alfombras para encontrar restos de especulación y corrupción urbanística que, de momento, no han llegado. Después del inesperado cambio de siglas en el Ayuntamiento, y tras 28 años de gobierno en solitario de los socialistas en Chiclana, ni los unos eran capaces de digerir su nuevo estatus de oposición ni los otros de superar esa etapa y sentirse gobierno. Chiclana se paraba. Precisamente con ese lema, medio millar de personas constituidas como Plataforma por Chiclana se manifestaban por las calles del municipio contra la crisis económica que supuestamente asfixiaba la economía local.

Con más de 155 millones de consolidado y un gasto en personal de confianza que triplicaba el de anteriores gobiernos municipales, por primera vez en la historia un documento de esta índole recibía alegaciones, y el gobierno de Marín se veía obligado a modificar parte de sus cuentas iniciales. Se les había olvidado incluir partidas para gastos corrientes y comunes como el agua o la luz de los colegios.

Actualmente siguen paralizados proyectos que parecían tener todas las bendiciones, pero que a raíz del cambio de gobierno local permanecen en parados. Es el caso del tranvía metropolitano que la Junta ha licitado sólo hasta la entrada de Chiclana porque el cuatripartito se opone a su trazado urbano, o de la Ronda Oeste y la nueva estación de autobuses, que siguen en el aire al no haber el más mínimo contacto administrativo entre dos administraciones condenadas a entenderse que ni se hablan.

REPARTO EN SAN FERNANDO

El PSOE quiere la Alcaldía

La convulsión política también salpicó a San Fernando. El pacto entre andalucistas y populares impidió al portavoz socialista, Fernando López Gil, llegar a la Alcaldía isleña a pesar de haber encabezado la lista más votada de los últimos comicios municipales.

Desde su etapa inicial, el pacto fue acogido con recelo por gran parte de los votantes, ya que muchos isleños concebían los proyectos de ciudad de ambas formaciones como alejados e irreconciliables. La principal brecha que separaba a PP del PA la marcaba el proyecto del tranvía, ya que los populares se enfrentaron durante meses con los andalucistas para rechazar el trazado del tranvía por la calle Real.

Finalmente ambos optaron por el reparto de las distintas Áreas de Gobierno como el camino más rápido hacia un entendimiento político. De esta forma, Manuel María de Bernardo (PA) conservó la Alcaldía y la portavoz popular, Carmen Pedemonte, se proclamó responsable de la Gerencia de Urbanismo.

De momento, el bipartito sigue sin inaugurar los principales proyectos que se iniciaron en la ciudad antes de la rúbrica del pacto. De hecho, muchas de estas obras no hacen sino acumular una acusada demora. Entre las actuaciones pendientes destacan los puertos deportivos de Puente de Hierro y La Casería, el Parque de la Historia y el Mar y el Centro de Congresos y Exposiciones San Fernando 2010.

El pacto no ha impedido que el PSOE isleño haya tendido la mano al PA, en reiteradas ocasiones, para negociar un proyecto de Gobierno conjunto, ya que las iniciativas socialistas coinciden en muchos puntos con el de los andalucistas.

Por el momento, y para conservar la Alcaldía, el PA ha declinado el ofrecimiento del grupo de la oposición, pues la principal exigencia del PSOE isleño era la llegada a la Alcaldía de López Gil como candidato más votado. Sin ir más lejos, en los últimos comicios municipales los socialistas consiguieron nueve concejales, frente a los 8 de PA y PP.

FALTA DINERO EN LA SIERRA

Problemas con la financiación

Si en la Bahía los proyectos clave van a paso lento, en la Sierra el problema es de financiación. El primer año de la legislatura en los municipios serranos ha estado marcado por las dificultades económicas en las que se encuentran inmersos los ayuntamientos e incluso la propia Mancomunidad de Municipios. Esta situación está provocando problemas laborales en diversas poblaciones, que se están viendo obligadas a llevar a cabo medidas restrictivas del gasto público. Uno de los casos más llamativos es el del Ayuntamiento de Arcos, donde se ha aprobado una Relación de Puestos de Trabajo que supondrá, en cuanto se ponga en marcha, que unos 110 empleados pasen a engrosar las listas del paro. Una actuación similar se está diseñando en el Ayuntamiento de Ubrique y actualmente se encuentra con problemas con su Policía Local, que reivindica mejoras salariales y de las circunstancias de trabajo.

En Arcos, además, una de las peores noticias ha llegado de la mano de Ebro Puleva que anunció, hace unos días, que paralizaba la construcción de su planta de biodiésel en Jédula. Además, varios proyectos de envergadura, como la Piscina Cubierta, se encuentran paralizados, debido a la situación económica que padece el Ayuntamiento.

En Villamartín, el curso político está siendo bastante tranquilo, pero sin embargo un problema con el abastecimiento de agua ha puesto en pie de guerra a la oposición y ha obligado a actuar de urgencia al equipo de Gobierno socialista, para restablecer el abastecimiento de agua potable.

En Bornos, el panorama político se ha calentado debido al conflicto interno que padece el PSOE. Estos problemas llegan después de que la inhabilitación del antiguo alcalde, Juan Sevillano, llegue a su fin, produciéndose un conflicto de poder con los actuales concejales y el anterior candidato, Benito Gómez. El último capítulo de esta novela se escribió hace unos días cuando el Comité Local del partido, en el que no se encuentran los concejales socialistas, aseguró que no apoyarían una posible moción de censura para apartar al PP del poder, mientras que los concejales socialistas no participaron en esta decisión. Por la calle se comenta que Juan Sevillano quiere volver a ser candidato y pretende «quitar de en medio a aquellos que en su día utilizó para que se presentaran en su ausencia obligada».