«No eres sumiller sin viajar a España, Francia e Italia»
«Aún no soy un sumiller», deja claro Cristina Losada, una estudiante de posgrado de sumiller en la Escuela de Hostelería y Turismo de Barcelona (el CETT) que desgrana su fórmula para llegar a convertirse en una gran profesional. «Nadie puede ser experto en vinos sin salir a la calle, sin conocer las zonas productoras y, en particular, sin haber viajado por España, Francia e Italia, que son los centros neurálgicos de la cultura del vino. Quién no ha viajado no puede ser sumiller», explica.
Actualizado:Lo que mueve a Cristina Losada a hacer esta afirmación no son sólo las ganas de ver mundo, sino la realidad de que «hoy en día la formación para convertirnos en sumilleres es muy escasa». Sin ir más lejos, explica que «aprendemos a catar vinos, cafés, aceites o quesos, pero apenas en unas pocas lecciones». Por eso, «hay que salir fuera y aprender con la práctica».
Cristina, que ha viajado por primera vez a Jerez, recalca que «ésta es la cuna del vino, un mundo aparte y único que en la escuela incluso estudiamos en un capítulo específico», y lamenta que «pese al valor de estos caldos se vendan tan poco». «Me duele mucho que estos vinos de crianza biológica no se exploten todo lo que debieran a nivel comercial, y eso pese a que son productos con mucha tradición y de precios asequibles».
Para esta profesional -«futura profesional», insiste ella-, la razón que provoca que los consumidores no pidan vinos de Jerez o que no se sirvan en los restaurantes puede ser «que aún hay mucha ignorancia respecto a ellos, no se conocen tan bien como otros. Aún somos de tintos y blancos». Eso sí, esta estudiante asturiana es optimista y aventura que «aunque aún es pronto, se pueden cambiar conceptos y dar la vuelta a esta situación».