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TRES MIL AÑOS Y UN DÍA

Alonso Rojas, el último mohicano del guerrismo

Quizá a Rojas no le perdonen su independencia, que le llevó a ser un actor clave para el clima de diálogo que logró desbloquear diversos asuntos pendientes con Gibraltar, o a mediar en conflictos tan importantes como el de Acerinox. Pero quizá remuerda todavía el hecho de que sea uno de los últimos mohicanos del guerrismo gaditano que sigue teniendo mando en plaza. O su lealtad indiscutible con Rafael Román, antes y después de que Rojas dejase de ser vicesecretario provincial del partido y se le desfenestrara de Diputación como a su anterior presidente. Para entendernos: Francisco González Cabañas, actual presidente de Diputación y secretario provincial del PSOE, no mantiene precisamente un idilio con el alcalde barreño, al que una pintoresca denuncia -que mucho tiene que ver con las guerras intestinas de su propio partido a nivel local-podría colocarlo al borde de la inhabilitación. Si no deja la alcaldía él mismo, harto de tantas guerras internas.

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La nueva delegada de Cultura fue durante muchos años concejala con él, primero bajo las siglas de Unidad por Los Barrios (ULB), el partido que formó Rojas tras abandonar las filas socialistas al enfrentarse con el anterior alcalde Miguel Domínguez Conejo; y luego en el PSOE, una vez que esta formación localista se reintegró a su seno antes de las elecciones municipales de 2003. Yolanda Peinado, que bajo unas y otras siglas siempre se mantuvo en la órbita de Alonso Rojas, asumiría delegaciones municipales como las de Régimen Interior, Salud, Presidencia, Consumo y, sobre todo, Asuntos Sociales. Pero terminó cayendo en desgracia, convirtiéndose en uno más de los numerosos esqueletos políticos del alcalde. De hecho, en las municipales de 2007, que Rojas ganó por cuarta vez consecutiva, ella ya no figuró en las listas, a pesar de ocupar una de las secretarías de la ejecutiva socialista en Andalucía, lo que ha consolidado su poder personal a escala orgánica. Aquella sorprendente ruptura de relaciones obedeció a un complot en el propio grupo socialista de Los Barrios para forzar a Alonso Rojas a abandonar la alcaldía. En dicha operación, que fracasó, no sólo figuró ella o Antonio Rodríguez, sino se dice que también Miguel Palomo o Juan Montesdeoca, que podría ser el sustituto de Rojas al frente del consistorio.

Tras dejar el Ayuntamiento, González Cabaña incorporó a Yolanda Peinado como coordinadora técnica de la Presidencia de Diputación, un cargo obviamente de confianza del que ahora sale para sustituir a Lola Caballero. Si el PSOE buscaba un determinado perfil para la delegación de Cultura de cara a los fastos de 2012, se ha decidido por marcar el acento político más que el cultural, un mundo al que la nueva delegada apenas ha frecuentado. Nadie niega, eso sí, su capacidad de gestión, probada en numerosos frentes, entre ellos el de la secretaria de Consumidores y Usuarios del PSOE de Andalucía. Como tampoco nadie puede negar que es uno de los rostros emergentes de la cantera socialista a escala autonómica.

No es la única delegada provincial que procede de Los Barrios. También es de allí Manuela Guntiñas, la responsable provincial de Igualdad y Bienestar Social. Sólo que esta, conocida popularmente como Lita, es afecta a Alonso Rojas. En esta soledad del corredor de fondo, el alcalde contaría al menos con cierto respaldo por parte de Luis Pizarro.

Las aguas políticas de Los Barrios, no obstante, bajan turbias: el PP de Cádiz, por ejemplo, ha iniciado un expediente de expulsión contra el ex presidente del partido y edil en dicha localidad campogibraltareña, Francisco de la Jara por cuanto, a su juicio, los dos únicos concejales conservadores en dicha población estarían apoyando las decisiones del Gobierno del alcalde barreño del PSOE, Alonso Rojas. Sus compañeros de partido urgen a Rojas para que ultime el Plan General. Y con la boca chica le reprochan que compartiese escenario en Los Barrios con el alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso, el día en que el diputado provincial de Izquierda Unida dijo aquello de la «naturaleza corrupta del Rey». Y de telón de fondo de todo este pulso, los sucesivos y próximos congresos del PSOE que seguro que animarán el panorama mediático de los próximos meses, aunque nada tengan que ver con el guirigay estatal del PP en el que por cierto sorprende positivamente la lealtad de Miguel Arias respecto a Mariano Rajoy. Y no parece que tuviera demasiados motivos para ello.