En la imagen, Michel Sleiman, el nuevo presidente libanés. /AFP
por seis años

El general Michel Sleiman, elegido por el Parlamento

El mandatario libanés jura su cargo como jefe del Estado y deberá encargar la formación de un gobierno de unión nacional a un miembro de la mayoría parlamentaria

BEIRUT Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Parlamento libanés ha elegido a Michel Sleiman, actual general del ejército libanés como presidente del país por amplia mayoría y ha puesto así fin a un vacío de seis meses en el que el país ha estado sin jefe de Estado.

Sleiman, único candidato a la elección, ha obtenido 118 votos de un total de 127 diputados, mientras que seis han votado en blanco y tres a otros nombres, pese a que no habían presentado su candidatura.

El nuevo presidente, candidato de consenso de todos los grupos políticos libaneses agriamente enfrentados en casi todo lo demás, ha jurado de inmediato su cargo, en el que permanecerá seis años, según la Constitución libanesa.

En su primer discurso ante la Cámara tras su confirmación como nuevo presidente del país, el mandatario ha pedido el apoyo al tribunal internacional que juzga el asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri y ha instado a que se abra un "nuevo capítulo" favorable al país.

"Apoyamos decididamente el establecimiento de relaciones de hermanamiento entre Líbano y Siria basadas en el mutuo respeto de la soberanía y de la fronteras de cada país, así como de unas relaciones diplomáticas que traigan el bien a ambos", ha afirmado Sleiman.

Debe encargar la formación del Gobierno

La sesión parlamentaria ha comenzado con inusual puntualidad y un lleno que no se veía en la cámara desde hacía muchos meses. Además, ha contado con invitados ilustres como el emir de Qatar -estado que apadrinó el acuerdo que ha permitido cerrar la crisis-, el primer ministro de Turquía, los ministros de Exteriores de España, Francia, Italia, Egipto, Arabia Saudí, Siria, Irak e Irán, además del secretario general de la Liga Arabe e incluso un enviado del Vaticano.

Pese a que en principio debía enmendarse la Constitución para permitir la elección de Sleiman -pues ésta establece que debe pasar un mínimo de dos años para que un alto cargo en la República ocupe otro cargo-, finalmente el presidente del Parlamento, Nabih Berri, ha decidido obviar este trámite.

Este detalle ha disgustado al prominente diputado Butros Harb -que había sonado como posible presidente-, quien ha anunciado en la sesión que votaría en blanco porque se trata de "un compromiso político a expensas de la Constitución", cuestión que también ha motivado las reservas de los diputados Nayla Moawad y de Georges Adwan.

Tras su elección, Sleiman debe encargar la formación de un gobierno de unión nacional a un miembro de la mayoría parlamentaria, entre quienes suena con fuerza el nombre de Saad Hariri.

El acuerdo de Doha

La elección de Sleiman como duodécimo jefe del Estado del Líbano y tercero después del acuerdo de Taif (1989, que puso fin a tres lustros de guerra civil) ocurre cuando el país salía de una grave crisis que casi lo condujo a una nueva guerra civil.

La oposición, liderada por el grupo chií Hezbolá, exigía tener derecho a veto en un nuevo gobierno y no desarmar a sus milicias, lo que la mayoría parlamentaria rechazaba. Esta situación desembocó en choques no sólo en Beirut, sino también en varias regiones libanesas que en seis días causaron al menos 65 muertos y 200 heridos.

Pero un acuerdo alcanzado el miércoles en Doha (Qatar) entre los principales líderes libaneses pudo desbloquear la situación y hacer renacer la esperanza en este país, al precio de transigir con las dos principales demandas de Hezbolá.

La elección de Sleiman es la primera gran realización del acuerdo de Doha, que prevé también la formación de un gobierno de unidad nacional y la reforma de la ley electoral.