Suave primavera que no se va

Ya lo dice el refranero y lo deja bastante claro al decir que «cuando marzo mayea, mayo marcea». Precisamente parece ser esto lo que está ocurriendo con las estupendas temperaturas de las que estamos disfrutando en este mes de mayo, más cercano al final del invierno que al comienzo del verano.

Las mañanas son frescas y las tardes nos obligan a llevar esa rebeca sobre el hombro como acción preventiva al posible relente. Nadie lo hubiese dicho hace dos meses, cuando en pleno mes de marzo llegaron unos azotes de calor crudo que hizo pensar a muchos que el verano se nos echaba encima irremediablemente. Por la calle los jerezanos los agradecen. Francisco es uno de ellos y afirma que «es una delicia que estemos a las puertas de junio y todavía tengamos la sábanita con la colcha cerca porque por la madrugada hay que taparse bien».

Ropa primaveral que este año parece estar más de moda que nunca, pues este Jerez nuestro es de esos lugares que no admiten términos medios y tras la pelliza, de un día a otro, viene la camiseta de manga corta a palo seco. Estefanía, que va con algo de prisa por plena calle Larga asiente y comenta, tras unas grandes pantallas oscuras que lleva como gafas de sol, que «este años sí que ha merecido la pena vestirse de primavera, pues parece que no nos quiere dejar la muy caprichosa».

Llegarán días de verano, de sopor y de sudor. No cabe duda. Y tendremos las clásicas lamentaciones por las tórridas tardes donde todo achicharra si se deja dos minutos al sol. Mientras, los jerezanos parecen estar encantados con las templadas temperaturas. Ni frío excesivo ni calor abrasante. La primavera, como decía Estefanía, parece haberse encaprichado con nosotros. O no. El caso es que el refrán tiene más vigencia que nunca. En marzo mayeó y ahora toca que mayo marcee.