Economia

Las hipotecas que superen el 95% del valor de tasación serán consideradas de alto riesgo

La banca adopta la norma Basilea II destinada a mejorar la solvencia de las entidades

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No es una consecuencia de la crisis financiera internacional, sino el resultado de diez años de trabajos para mejorar la solvencia de las entidades. El acuerdo de capital bautizado como Basilea II ya está en marcha y, a partir de ahora para las entidades, las hipotecas que superen el 95% del valor de tasación, al igual que las operaciones de refinanciación de deuda y las de capital riesgo, así como los créditos morosos, se van a considerar «de alto riesgo».

Cuando los bancos y las cajas las incluyan en su negocio se verán penalizados con mayores exigencias de capital, según desvela la circular sobre recursos propios que ayer dio a conocer el Banco de España. Más capital dedicado a estos fines reduce la posibilidad de potenciar otras actividades.

La calificación de alto riesgo nada tiene que ver con la hipotecas 'basura' norteamericanas. Tampoco fue acertado, en la circular contable, el uso del término 'disponible para la venta' que califica la mayoría de las participaciones industriales de las entidades, porque no quiere decir que esas propiedades estén en línea de salida y la denominación se aplica también a participaciones destinadas a eternizarse en la cartera de los bancos y cajas.

Incentivos

Hasta ahora, las entidades consumían menos recursos de capital por su actividad hipotecaria, porque la escala de exigencias era más baja. De hecho, en los préstamos concedidos para la compra de vivienda por el 80% del valor de tasación no se ha venido aplicando ningún requerimiento, al considerar el inmueble garantía suficiente. La nueva regulación implica que, si una entidad concede un crédito por el 95% o más del valor de tasación de una vivienda, se exigirá mayor dotación de capital en cuantía equivalente al 150% de la diferencia.

Fuentes del Banco de España explicaron que la aplicación de Basilea II no producirá grandes ajustes al alza ni a la baja en el capital de las entidades financieras. Ni se prevén mayores requerimientos ni tampoco notables liberaciones de recursos como consecuencia del nuevo sistema de cálculo de las potenciales pérdidas derivadas del negocio de crédito. El nuevo acuerdo de capital, explican estas fuentes, nada tiene que ver con los episodios de turbulencias financieras que se suscitaron el pasado verano, pero, al establecer incentivos a las entidades que mejor gestionan su riesgo, las hará más estables en el medio y largo plazo.