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El deseo también está en crisis
La población femenina que admite la pérdida de todo apetito sexual llega al 40%, una cifra «de epidemia» Uno de cada tres hombres también confiesa su desinterés
Actualizado: GuardarUn 40% de las mujeres evita las relaciones sexuales porque ha perdido todo deseo. Es la mayor cifra registrada en España desde que se sondean los hábitos de la sociedad. No les pasa sólo a ellas, los varones también admiten niveles de inapetencia nunca registrados en los últimos 25 años. Un nuevo trabajo científico afirma que uno de cada tres hombres admite largos periodos de apatía sexual. El problema es que la cifra, año tras año, sondeo tras sondeo, no deja de crecer. Es un problema al alza. Los más de 3.000 médicos de distintas especialidades que se reúnen hasta mañana en el Congreso Mundial sobre la Menopausia que se celebra en Madrid han convertido estas llamativas cifras en el asunto central sobre el que gira el encuentro. Las cifras conocidas ayer no dejan lugar a dudas: algo va mal.
Los datos expuestos por expertos de cuatro continentes en el encuentro de Madrid concluye que un 30% de las mujeres carece de todo interés por el sexo. Otro 20% se queja de que sus relaciones no son placenteras y su apetencia es muy escasa. La mitad de la población femenina encuentra, además, muchas dificultades para llegar al orgasmo y el 25%, una de cada cuatro, es incapaz de alcanzarlo. Los datos han sido resumidos y presentados por la Asociación para la Investigación de las Disfunciones Sexuales en Atención Primaria, a partir de casi 6.200 entrevistas en España, 3.600 a varones y otras 2.599 a mujeres.
Según el estudio, la falta de deseo ya es un «problema muy relevante» en los dos sexos, sobre todo en las mujeres, y a cualquier edad, aunque en la menopausia es cuando aparece con más frecuencia, según relata la especialista Rosella Napi, del Centro de Investigación de Medicina Reproductiva de la Universidad de Pa-via, en Italia. Las mujeres consideran, cada vez más, que la sexualidad es «una parte trascendente de su vida, necesaria para su bienestar físico y mental».
Sin embargo, explicó la especialista, cada vez hay menos contacto, menor satisfacción y «a menudo no son capaces de entender plenamente que el final de la vida reproductiva provoca algunos cambios en su vida sexual».
No sólo físico
Con los años, disminuye el grado de excitación, de lubricación, la intensidad del orgasmo. Es inevitable. Pero los cambios físicos han encontrado aliados en problemas ligados a la vida cotidiana. Las responsabilidades familiares, los hijos, la casa, que a menudo recae más en ellas; y el estrés que genera una vida en la que difícilmente pueden compatibilizarse los ámbitos laboral y doméstico parecen minar la salud sexual de buena parte de la población femenina. «La mujer española y europea de hoy día -dijo la doctora Nappi- se siente demasiado agobiada. Cada vez más».
El trabajo elaborado por los médicos de cabecera pone cifras a la galopante crecida de la inapetencia sexual, que los especialistas reunidos en Madrid califican como «un problema sanitario con tintes de epidemia, que empieza a parecerse a un drama».
Lo normal es que la pérdida de deseo esté provocada por una combinación de problemas orgánicos y psicológicos. Puede ocurrir por unos o por otros, pero lo más habitual es que sea una mezcla de ambos factores. El climaterio, desde que se anuncia, facilita el desinterés por la sexualidad, pero también influyen otros factores nuevos que disparan las cifras, puesto que la menopausia siempre existió. Entre ellos destaca uno de difícil diagnóstico: la falta de comunicación en la pareja, principal fuente de otros conflictos, desde las discusiones hasta la huida de toda relación.
Los médicos aseguran que, por desgracia, las mujeres no hablan en sus consultas de sus relaciones. Sienten que la sexualidad es demasiado íntima, aún se avergüenzan e incluso «se ven inseguras ante la reacción que pueda tener el especialista y presumen que el médico no tiene tiempo para hablar de esos asuntos», argumentó el jefe de la Ginecología y Obstetricia del hospital de Basilea (Suiza), Johannes Bitzer. «Las mujeres afectadas de disfunción sexual, en ocasiones, ni siquiera saben que hay tratamientos eficaces. Ni preguntan».
Cuando la pérdida de deseo se debe sólo a una causa biológica, el problema puede ser fácilmente superable con «medicación» que mezcla estrógenos y andrógenos (hormonas sexuales femeninas y masculinas), pero un abordaje integral debe incluir terapia psicológica, a menudo con la pareja. «El tratamiento psicológico es capital si se busca una solución integral, pero eso no significa que todas las mujeres deban consultar al psiquiatra», afirmó.