DIRECTO. Imagen de la foto colocada en la fachada. / SUR
ESPAÑA

Greenpeace protesta contra las bombas de racimo con el asalto a una fábrica de armas

Miembros de la organización desplegaron una pancarta gigante en la fachada de la empresa con la imagen de un niño mutilado

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Activistas de Greenpeace protagonizaron ayer un asalto simbólico de las instalaciones de la empresa armamentística Explosivos Alaveses, S.A. (Expal) para denunciar que esta firma fabrica, según la organización, bombas de racimo y reclamar su prohibición total. La toma del edificio se registró al filo de las diez de la mañana, cuando alrededor de diez miembros de la organización humanitaria accedieron al vestíbulo de la empresa mientras otros tres accedieron a la azotea y desplegaron en la fachada una pancarta gigante con la imagen de un niño con las piernas mutiladas por este armamento, una medida simbólica de «todas las víctimas inocentes que estas bombas causan por todo el mundo».

Los activistas que pudieron acceder al vestíbulo de la sede de la empresa armamentística -un número considerable de ellos no pudieron entrar ya que se les impidió la entrada desde el exterior- llenaron el vestíbulo del edificio con prótesis y siluetas de cartulina de personas muertas o amputadas por bombas de racimo.

En la pancarta colgada, de seis por cuatro metros, se leía: 'Expal vende bombas de racimo que mutilan'. Los activistas que permanecían en el interior del edificio, rodeados por una nutrida presencia policial, reclamaron una reunión con los responsables de la empresa para expresarles su posición con respecto a este tipo de arma y hacerles entrega de la copia de una prótesis y de un vídeo con un testimonio recogido en Camboya en el que una víctima de este armamento se dirige directamente a ellos. El testimonio provenía de Sot, un joven camboyano de 18 años, con dos prótesis en las manos, que tuvo un accidente con explosivos sin detonar en el año 2004. El mensaje reza así: «Gracias por escucharme. Espero que dejéis de usar y fabricar bombas de racimo. Quiero enseñaros personalmente el resultado de vuestros productos. Por ello, me gustaría ofreceros esto como símbolo de vuestras acciones, como símbolo de lo que producís y como símbolo del efecto que tenéis en el mundo. Gracias».

Desmentido

La prótesis, al igual que el vídeo, se entregará también en los Ministerios de Defensa y de Exteriores. Los activistas abandonaron el edificio por voluntad propia cuatro horas después de iniciar sus acciones.

Expal, a través de un comunicado, aseguró que «no lleva a cabo actividades ni comerciales ni industriales en productos que eventualmente pudieran ser incluidos en la denominación de bombas de racimo». Agrega la nota que, en cuanto a otros productos cuyo destino exclusivo son las Fuerzas Armadas y que afecten o puedan afectar a la seguridad nacional, «Expal cumple estrictamente las instrucciones que da el Ministerio de Defensa» español.

La empresa concluye recordando que cumple estrictamente, «bajo la supervisión del Gobierno español», todos los convenios nacionales e internacionales firmados por nuestro país sobre «distribución, venta, fabricación y almacenaje de productos de defensa».

Las bombas de racimo consisten en una bomba 'contenedor' que al abrirse en el aire dispersa entre decenas y cientos de submuniciones. Son armas que tienen un efecto indiscriminado. Se calcula que el 98% de sus víctimas son civiles, especialmente niños, que se sienten atraídos por sus colores brillantes y sus formas similares a las de un juguete.