Cristiano Ronaldo le guiña un ojo al Real Madrid
La final de la Liga de Campeones era el comienzo. El final, el 7 de junio en la Eurocopa. En este espacio de tiempo, Cristiano Ronaldo desvelará si se convierte en uno de los fichajes más caros de la historia del balompié o jurará amor eterno a los colores del Manchester United. Después de conquistar la Copa de Europa, pidió un par de semanas para decidirse. Afirmó que ni siquiera su madre sabía si tendrá que abandonar su mansión en la campiña inglesa o trasladarse a la capital española. Era la última ocurrencia del portugués, que ha sorteado las preguntas sobre su futuro de la misma manera que lo hace en el campo.
Actualizado:Con elegancia y una sonrisa perfecta, ha dado respuestas sin mojarse en nada. «Algún día jugaré en España», dijo a las televisiones en un perfecto castellano durante una jornada de puertas abiertas antes de la final. «Yo estoy», le contestó enigmático a un reportero inglés después de vencer al Chelsea en la tanda de penaltis. Mientras despejaba cuestiones incómodas, Ronaldo sopesa qué hacer con su futuro.
Apelando al proyecto deportivo, a su orgullo, al contrato en vigor (expira en 2012) y a un notable incremento salarial, el United pretende mantener los servicios del portugués. Por el contrario, Ramón Calderón quiere dar un golpe en la mesa al más puro estilo Florentino Pérez. Tiene dinero, unos 100 millones, y la intención de desequilibrar de una forma bárbara el mercado de traspasos. Sólo espera que el jugador dé el paso y diga que se quiere marchar y que ama el color blanco con locura. Después, el presidente blanco hablará con los dirigentes ingleses y le hará a Ronaldo un contrato galáctico.