DIVIDIDOS. El abrazo de los procesados cuando oyeron el veredicto que le declaraba inocente a ella y culpable a él. / FRANCIS JIMÉNEZ
Ciudadanos

El jurado declara culpable de asesinato al acusado por el crimen de La Viña

Su pareja obtiene un veredicto contrario ante la falta de pruebas

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Para los familiares de Dominga Ramírez Ureba, la justicia ha llegado tarde, casi diez años después del asesinato de la anciana viñera en su partidito de la calle Paco Alba, pero finalmente «no se ha olvidado» de ellos. Ésta es sólo una de las afirmaciones que se escapaban ayer de los muros de la Audiencia Provincial, donde un jurado popular devolvía la sonrisa a una familia y se la quitaba de un plumazo a otra. El tribunal dictó ayer su veredicto y condenó por unanimidad a José María Díaz Cosa como autor del asesinato, robo con violencia y allanamiento de morada. En cambio, su pareja, Inmaculada Astorga, fue declarada inocente por falta de pruebas que acrediten su implicación. Será ahora el magistrado que ha presidido el juicio a lo largo de dos semanas el que imponga la pena final, en función de las peticiones expresadas por las partes.

La sala de vistas se rompió en dos cuando la portavoz del tribunal, con voz nerviosa, anunciaba la decisión alcanzada por el jurado, que le vuelve a dar un giro de 180 grados a una causa que ha tenido un recorrido procesal complejo. José María Díaz fue absuelto en 2002, pero la nulidad dictada por el Constitucional, que invalidaba el juicio de hace seis años, lo volvió a sentar en un banquillo del que no ha salido libre de culpa.

Su abogado tuvo que modificar sus argumentos ante la nueva situación jurídica de su cliente y solicitó una rebaja importante de las penas, atendiendo a las dilaciones que ahora considera que se produjeron por un «actuación irregular de la Justicia», al negarle la asistencia letrada a las dos hijas de la víctima cuando estaba a punto de celebrarse la primera vista oral. Tras no obtener la absolución, pidió un fallo alternativo de tres años y siete meses por el asesinato, seis meses por el robo y un año por el allanamiento.

Los letrados de la acusación particular, que se fundieron en un abrazo al término de la sesión, se opusieron con firmeza a cualquier rebaja. Le recordaron al juez que a lo largo del juicio se había repetido con insistencia la situación penosa por la que atravesaban los acusados, sometidos a un doble juicio, pero que atendiera también a que hubo una anciana «brutalmente asesinada». Por eso, mantuvieron su calificación final de 25 años.

Ya en la calle, el letrado Javier García Marichal expresaba su alegría y satisfacción por una victoria judicial que comenzó a fraguarse cuando el Constitucional les dio una nueva oportunidad. «Estamos muy satisfechos y confiamos que su señoría aplique una pena en función de la gravedad de los hechos. Estamos hablando de asesinato».

La fiscal hizo un ejercicio de sinceridad y por primera vez a lo largo del juicio, dio su opinión sobre el veredicto que alcanzó el jurado en 2002. «Nunca lo entendí», llegó a manifestar ante el tribunal Ángeles Ayuso, que a reglón seguido mantuvo su calificación de 13 años y 3 meses. Pese a que ha sido la impulsora de que se rebaje la pena final por retrasos en el procedimiento, solicitó al magistrado que no atenuara aún más el castigo fijado por ella. «Creí que la víctima tuvo una muerte rápida, pero hemos podido oir en esta sala, por boca de la forense, que no fue así. Se trató de un brutal asesinato».

stubio@lavozdigital.es