Inmobiliarias: explosión y caída del sector que movió la economía
El Colegio de los Agentes de la Propiedad de Cádiz cree que sólo las oficinas «profesionales» sobrevivirán
Actualizado: GuardarUn móvil, un traje no necesariamente caro y una corbata de color intenso: fucsia, pistacho, limón, naranja nuclear... Con estos elementos y una sonrisa se vendieron en Cádiz miles de viviendas durante los años de la expansión inmobiliaria. Hasta hoy. El negocio se ha desplomado como todo lo que se construye con prisa y oportunismo y nadie se atreve a dar una cifra de las oficinas que han claudicado y adornan su escaparate con una sola pegatina de oferta, su propio «se vende».
«Es imposible saber cuántas sedes han podido cerrar en los últimos meses como era imposible saber cuántas había en los mejores momentos», asegura Manuel Rodríguez-Sánchez, presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Cádiz. «Pero son muchas», añade.
Así y todo, la crisis aún no afecta a los colegiados. «Tal y como están las cosas, estamos muy satisfechos de que ni uno solo de nuestros agentes haya caído», subraya, justo antes de sugerir que precisamente esa diferencia entre profesionales y advenedizos tiene otra explicación más profunda y concreta. «Ahora no se vende tan fácilmente. En particular, no se venden viviendas y hay que diversificar un poco: alquiler, locales, suelo industrial... Obviamente, todo esto es mucho más lento y no da tanto dinero, por lo que sólo los que nos dedicamos a esto desde hace años podemos sobrevivir porque estamos acostumbrados a que el mercado suba y baje», apunta Sánchez-Rodríguez.
En cuanto al dinero en sí, el presidente del Colegio admite que «en este sector se ha ganado mucho dinero y lo han ganado todos los que se han movido en él. Eso no se puede negar». Y claro, el dinero fácil es un surtidor de agua en medio del desierto «y se acercó tanta gente que ahora es normal que el mercado se ajuste y queden los fuertes».
A esta selección natural de las inmobiliarias están ayudando decididamente los bancos, «que no dan un solo préstamo», denuncia Sánchez-Rodríguez. De hecho, el desmoronamiento de la vivienda y el impacto de la crisis internacional está inundando las venas del sector provincial por la vía financiera. «Hay gente que quiere comprar, porque hay buenas ofertas ya. El problema es que no se conceden las hipotecas», zanja.