Espectacular operación antidroga en Jose Antonio

El tráfico de drogas es un mal endémico en la barriada José Antonio de El Puerto, donde los vecinos que viven al margen de este negocio ilícito llevan años pidiendo un remedio definitivo para acabar con esa lacra. En enero del año pasado, la Policía Nacional activó un plan específico para combatir el narcotráfico en esta zona y en Los Milagros, también dentro de los límites del municipio portuense. Y dentro de ese operativo se enmarca la actuación llevada a cabo ayer, cuando la mayoria de los residentes de José Antonio estaban sentados en sus mesas almorzando.

Los agentes de paisano y de uniforme que vigilan a diario las calles de esta barriada habían detectado días atrás que algunos de los puntos de venta de droga que habían sido desmantelados en anteriores redadas estaban de nuevo operativos, por lo que decidieron desde la comisaría portuense realizar una nueva batida.

Los objetivos se centraron en tres pisos de la calle Pasteur, donde tenían confirmado que se vendían estupefacientes. Además de los traficantes que distribuyen a consumidores, los agentes lograron identificar a la persona que les suministraba la droga a estos narcos, según confirmó ayer el comisario de El Puerto, José Montes.

Este individuo reside en un chalé del extrarradio portuense, que también se situó en la diana de la Policía. Para jugar con el efecto sorpresa, los funcionarios montaron un dispositivo que consistía en entrar en los tres pisos y la casa al mismo tiempo, a mediodía, en una hora poco habitual para las redadas.

De esta manera se ejecutó la operación policial de ayer, que contó con refuerzos traídos de Cádiz y de Sevilla. La Unidad de Prevención y Reacción (UPR), los también conocido como zodiacos, acudieron desde la comisaría provincial para evitar disturbios en la calle mientras se realizaban los registros. Más llamativos por sus uniformes de corte militar resultaron los efectivos del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), llegados desde Sevilla.

Fortines

Estos últimos tenían encomendado reventar las puertas de acceso a las viviendas. Eran la avanzadilla para los funcionarios del equipo antidroga de la comisaría portuense, que debían efectuar la inspección interior de los pisos, en busca de evidencias del tráfico de drogas. Como explicaba ayer el comisario, José Montes, pidieron su intervención porque los inmuebles de José Antonio que sirven de punto de venta son auténticos fortines. Las puertas de acceso las bloquean con traviesas de la vía férrea para dificultar el acceso de los agentes. Así ganan tiempo para deshacerse de pruebas. Cuando los policías lograron entrar en los pisos de la calle Pasteur sólo pudieron incautarse de dosis de cocaína y partidas de hachís, aunque sí obtuvieron restos en los cuartos de baños y en los desagues que acreditarían que habían tirado cantidades mayores de droga. También requisaron unos 8.000 euros, que supuestamente proceden del narcotráfico.

La aprehensión de droga más importante no se produjo en José Antonio, sino en el chalé donde reside el presunto suministrador. Los agentes descubrieron en dos latas viejas de comida cerca de medio kilo de cocaína. Su propietario las había dejado en el exterior de la vivienda en un intento de burlar los registros de la Policía, pero los funcionarios dieron con los estupefacientes. El detenido también guardaba en su finca, en el interior de una bolsa de plástico, unos 12.000 euros en metálico.

La redada culminó con el arresto de cinco personas, tres mujeres y dos hombres que están unidos entre ellos por lazos familiares. Se trata de: F. B. H., de 23 años; M. B. H., de 51; A. B. B., de 26; Y. B. H., de 49 e Y. R. B., de 23. A todos les constan antecedentes por delitos contra la salud pública.

El comisario destacó el trabajo continuado que se vienen haciendo en uno de los puntos calientes en materia de narcotráfico de la Bahía, aunque se trate de una batalla «que parece no tener fin».

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