La aportación de la industria a la economía de la Bahía ha caído un 30% en cinco años
El sector secundario ha pasado de representar el 15,4% del PIB provincial a un 10,9% Los economistas lamentan la oportunidad perdida para cambiar el modelo de crecimiento
Actualizado: GuardarLa fiesta terminó. No se sabe muy bien cuándo, si bien los vecinos llamaron a la Policía en verano de 2007. La gente despreció el aviso y los invitados continuaron bailando. Ahora, cuando se está a punto de entrar en el verano de 2008, el confeti cubre las alfombras, los vasos ruedan por el suelo, los charcos de cerveza se han secado y alguien tendrá que recogerlo, aunque haya muy pocas ganas de ello. En la cabeza resuena la resaca. Una resaca que deja el regusto de que no se aprovechó el baile lo suficiente. Que se ha perdido una oportunidad de sacar provecho.
A la economía gaditana, como a la del resto del mundo, España y Andalucía, le duele la cabeza. La pregunta es si la provincia se sirvió del boom económico de comienzos de siglo para acercarse ya no a la media española, sino andaluza y si guardó para los tiempos de sequía. «No, la provincia ha desperdiciado el buen momento económico y no lo ha aprovechado para cambiar su patrón de crecimiento», considera Javier Fernández, gerente del Colegio de Economistas gaditano.
Una sensación similar de no haber ido a por la guapa de la fiesta recorre la Confederación de Empresarios de Cádiz. Su presidente, Miguel González Saucedo, pone nombres y fechas a la ocasión marrada: «Hace cinco años, la industria representaba el 15,4% del PIB en la provincia y ahora sólo un 10,9%, lo que supone una barbaridad en tan poco tiempo (un 30%) y la demostración de que se ha preferido un modelo más sencillo pero menos sólido». La esperanza parece lejana, «ya que habrá que esperar para comprobar el éxito del proceso de reindustrialización anunciado por la Junta y el Gobierno tras el cierre de Delphi», advierte.
Ejemplos de actuación
La conclusión es que, como en gran parte del resto de la península, Cádiz se subió a la ola inmobiliaria y disfrutó mientras el cuerpo y el equilibrio aguantaron. Una vez en la playa, «no queda nada, no se reinvirtió absolutamente nada en otros modelos más productivos y ahora dependemos de lo que pase en el turismo, que también es una incógnita por culpa de la crisis generalizada», acribilla el portavoz de los economistas, que sí ve ejemplos de otras provincias que derivaron algunos billetes del ladrillo hacia la vieja (o nueva) industria. Ellas podrán recuperarse del frenazo con mejores fundamentos.
¿Y cómo está de preparada la provincia? El primer quebradero ha llegado con el paro, que se ha comido en lo que va de 2008 el botín completo conseguido durante 2006 y 2007, los mejores años del mercado laboral de la provincia (desde el punto de vista estadístico, tanto en datos del Servicio Andaluz de Empleo como de la Encuesta de Población Activa). La voracidad demostrada por el frenazo económico en cuanto a creación de empleo se ha extendido a otros sectores, como el del consumo (las compras de vehículos y viviendas bajan más de un 20%, según cifras de la patronal de concesionarios y el Instituto Nacional de Estadística) o la actividad empresarial (la creación de empresas ha entrado en una atonía persistente y los procesos concursales de compañías que se declaran insolventes multiplica por cuatro las cifras de hace un año, tal y como reflejan los datos del Juzgado de lo Mercantil).
Adiós a la oportunidad
Una de las razones de este rápido deterioro (además de la inconsistencia del modelo) es que la provincia llegó tarde al guateque, dado que no fue hasta 2006 cuando empezó a entonarse, mientras que nuestros vecinos regionales y españoles llevaban meses y años de adelanto. Por lógica, en cuanto todo se acabó, Cádiz quiso continuar un poco más en el centro de la pista y de ahí que la crisis no se notara realmente hasta este año.
En términos absolutos, y a partir de datos de la Fundación de las Cajas de Ahorro, Cádiz creció entre 2000 y 2005 a un ritmo por debajo de la media nacional y sólo en 2006 y 2007 el avance del Producto Interior Bruto fue ligeramente superior al nacional (3,9% frente a 3,7% en 2006; y 3,7% ante 3,5% el año pasado). Insuficiente para la tan ansiada convergencia porque el retraso es endémico y cuatro décimas en dos años son migajas en macroeconomía.
Pero al hablar de industria, pasado y futuro, hay que hablar también de Delphi y sus 1.902 empleos perdidos. Paradójicamente, la canción preferida para el mercado laboral en Cádiz sonó cuando la provincia estaba más preocupada de la borrachera de la multinacional americana. Tanto para el Ministerio de Trabajo y sus series de afiliaciones a la Seguridad Social como para el INE y sus datos sobre empleos totales en la provincia, el inicio del verano de 2007 fue el punto culminante del trabajo gaditano. Fue el momento en que se alcanzó el máximo histórico en afiliados al sistema (411.029 personas, frente a las 393.492 que se registraron en el pasado mes de marzo) y también el mes en que se contabilizaron 464.600 gaditanos con una ocupación (también récord).
El año 2006, en las vísperas de Delphi, tampoco fue malo. En particular, la primavera, si se trataba de tomar iniciativas de peso. Por un lado, en marzo de 2006 se constituyeron 280 sociedades mercantiles (recuento del INE), lo que supone la anotación más gruesa desde el año 2000 y lo que prácticamente duplica el último guarismo cerrado: las 150 de marzo de 2008. Y de otro, en mayo de 2006, los gaditanos suscribieron 6.241 préstamos hipotecarios (poco más de 4.000 en febrero de 2008, también en cuentas del INE). El Euríbor estaba todavía en un inofensivo 3,3% (hoy supera el 5%) y aún se hablaba de crecimientos trimestrales en el precio de las viviendas de más de dos dígitos, con lo que se pensaba que la adquisición era un valor seguro. Lo pensaban los bancos, que concedían hipotecas en el límite de la prudencia (con cuotas de más del 40% de los ingresos familiares y por el 100% del valor de tasación). Exactamente, la actitud contraria de estos días.
La construcción, tanto en 2006 como en 2007, vivió épocas de registros absolutos en cuanto a inicio de nuevas edificaciones. Era la época en la que en España se hacían más casas que en Alemania, Francia y Reino Unido juntos. Cádiz aportaba su granito en forma de más 21.000 nuevos inmuebles anuales. Llegó 2008, la música se detuvo y en el primer trimestre los descensos interanuales son del 23% en la Bahía. La resaca, una vez más, estaba aquí. Y sigue aquí.
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