Qué desastre!
Quedan solo cuatro jornadas de liga y nos encontramos, como aquel que dice, a punto de caer de nuevo al pozo de segunda B. Solo tres miserables puntos nos separan de los puestos fatídicos del descenso. Pero lo peor de todo es que no se ve en el equipo una dinámica ganadora, todo lo contrario, ha ido cayendo en picado y se le ve incapaz de reaccionar. Cuando comenzaba la temporada todos nos sentíamos muy esperanzados con el proyecto Baldasano, que resultó ser un autentico fiasco. La vuelta de Antonio Muñoz hizo concebir fundadas esperanzas de que todavía podíamos, luchar por las plazas de ascenso, pero fue solo un espejismo. Ahora todo parece más que negro.
Actualizado:No sé cuál puede ser la causa, pero lo cierto es que si no se pone remedio pronto -y queda muy poco margen de reacción- el próximo domingo podemos estar encabezando el pelotón de los torpes. Ya solo queda invocar al espíritu Oli y echándole bemoles a la cosa conseguir esos puntitos que nos hacen falta para, al menos, seguir en Segunda esta nefasta temporada.
Tiempo habrá después de analizarlo todo, sacar conclusiones y poner remedios para el próximo año. Se han culpado a muchas circunstancias de esta situación, pero lo han pagado, como siempre, los entrenadores. Hemos tenido tres y ninguno ha conseguido enderezar el rumbo. Los jugadores han rendido a un nivel mucho más bajo del que cabía esperar. Quitando el pundonor de Dani, cuando ha jugado, la lucha de Raúl López y algunos destellos de Natalio o Gustavo López, los demás no han cumplido para nada con las expectativas creadas. Ahora sólo hay que esperar de ellos que saquen algo de lo que llevan dentro para salvar al equipo. La afición no va a fallar, porque nunca ha fallado, y seguirá animado sin parar aunque estemos al borde del abismo, eso por descontado.