PP y PSOE acaban a gritos en Diputación al enfrentarse por las víctimas de ETA
Los populares abandonaron el Pleno cuando González Cabaña dijo que utilizaban el dolor de las familias Todo empezó a raíz de la moción que pedía la dimisión de José Antonio Barroso por injurias al Rey
Actualizado: GuardarUn espectáculo que se veía venir desde primera hora de la mañana. El Pleno ordinario que celebró ayer la Diputación de Cádiz acabó a gritos y con un desplante de los diputados del PP, que optaron por abandonar en bloque la sesión. El último punto del orden del día incluía una moción del Grupo Popular en la que se pedía la dimisión del diputado de IU José Antonio Barroso por injurias a la Corona.
La portavoz del PP, Mercedes Colombo, se encargó de recordar con detalle las palabras que pronunció Barroso el 16 de abril en Los Barrios en un acto organizado por el Ateneo Republicano del Campo de Gibraltar. En ese acto, el alcalde de Puerto Real llamó al Monarca, entre otros adjetivos, «crápula y corrupto». Colombo aclaró que esta declaración no fue fruto de un calentón, sino que posteriormente fue justificada y reafirmada por el propio Barroso. Estas palabras son investigadas ahora por la Fiscalía.
El Pleno arrastraba a estas alturas cierta carga de crispación. El presidente de Diputación, Francisco González Cabaña, y el diputado popular José Antonio Liaño se enfrentaron en el punto 16 por motivos ajenos al debate sobre el convenio de recaudación en el Ayuntamiento de Ubrique. Liaño recriminó a Cabaña la velocidad que llevaba el orden del día del Pleno e insinuó que se debía a las ganas del presidente por acudir a la Feria de Sanlúcar. Cabaña respondió en un tono agrio y le aclaró que... «por la memoria de mi mujer no iré este año de fiestas».
El primero en responder a la moción del PP sobre las injurias de Barroso al Rey fue el diputado andalucista Manuel Prado, que anunció que se abstendría en la votación, pese a no compartir las declaraciones del alcalde de Puerto Real. No obstante, señaló que «la justicia y no la Diputación» es quien tiene que pronunciarse sobre esas declaraciones.
El vicepresidente Primero de Diputación, Antonio Roldán, de IU, fue quien se encargó de contraatacar la moción y manifestó que los militantes de su partido saben bien de lucha democrática en favor de los derechos constitucionales. Roldán destacó que la Corona no puede estar por encima de nadie, al tiempo que defendió a Barroso señalando que sus palabras «son las de un hombre libre». Igualmente, defendió el carácter republicano de IU y destacó que «la Familia Real también puede estar sujeta a críticas».
Fue entonces cuando el presidente de Diputación, Francisco González Cabaña, en nombre del PSOE, apuntó que su partido no entraría en el debate, «porque el PP lo que pretende con esta moción es la quiebra del pacto que mantiene en Diputación PSOE e IU». Cabaña indicó que será la justicia la que evalúe las palabras de Barroso y anunció que el PSOE votaría en contra de la moción.
La diputada del PP metió de el dedo en la llaga y lamentó que Barroso no participara en el debate, «se lo habrán aconsejado sus abogados», y que fueran otros quienes lo defendieran. El discurso se caldeó y fue entonces cuando Colombo aludió a la moción que se presentó hace dos meses en Diputación contra el eurodiputado del PP Alejo Vidal Quadras por ofensas al padre de la patria andaluza Blas infante. Esa moción fue secundada por POSE, IU y PA. En ese instante, la refriega subió el tono de los decibelios al intentar los diputados del PSOE aclarar que esa moción a la que aludía Colombo no tenía nada que ver con la que trataba sobre Barroso.
Cabaña, en mitad del griterío, tomó la palabra para advertir que el PP con su moción quería sólo generar conflicto y «le ocurre lo mismo cada vez que utiliza el dolor de las víctimas del terrorismo». Fue pronunciar la palabra ETA en el Salón de Plenos para que estallara la caja de los truenos. Colombo pidió a Cabaña que rectificara y el presidente le respondió que «ni en Diputación ni.... en ninguna parte». La portavoz se levantó y detrás, los doce diputados restantes del PP, que abandonaron el Salón. El PP exige que Cabaña una rectificación y lamenta que «haya faltado al respeto durante la sesión, además de abusar de los turnos de palabra». Califica de inadmisible la actitud mantenida en el Pleno.
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