PANORÁMICA. Vistas desde la Torre Octogonal del Conjunto Monumental del Alcázar.
Jerez

Una vista privilegiada

Las II Jornadas sobre Patrimonio en Jerez tuvo el acierto de acercar el Alcázar jerezano a los asistentes

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Como una actividad más, pero en esta ocasión sobre el terreno, las II jornadas de intervención en el Patrimonio Monumental de Jerez quiso acercarse al Alcázar a hacer una visita sobre nuestro entorno monumental más exquisito.

El pasado día 14 de mayo se abrían estas jornadas que coordina el arquitecto y Profesor de la Escuela Superior de Arquitectura de Sevilla, José Aladro Prieto, y que se organizan conjuntamente por parte de la delegación de Cultura del Ayuntamiento y el Colegio de Arquitectos de Cádiz. La presencia de la alcaldesa, Pilar Sánchez, sirvió para darle un toque más institucional al asunto y, de camino, afirmar por parte de la primera autoridad municipal que «seguiremos trabajando en beneficio de nuestro patrimonio monumental que es muy rico y, por consiguiente, con muchas iniciativas que tomar en un futuro próximo». La voluntad política está asegurada. Después vino un recorrido histórico por parte de Manuel Antonio García Paz, del área de Patrimonio y una interesante disertación del arquitecto encargado en los diez últimos años de las intervenciones y proyectos llevados a cabo en el Alcázar jerezano, Juan Ramón Díaz Pinto.

La visita

El pasado sábado, la visita estuvo dirigida por la directora del Conjunto monumental, Milagros Abad, y por el arqueólogo encargado de los estudios llevados a cabo en el dicho lugar, Laureano Aguilar. La antigua mezquita árabe y posterior capilla Santa María la Real, el pórtico cristiano que da salida al patio de Armas, el interesante molino del siglo XVIII, que marca la importancia de la ciudad, los baños árabes y el pabellón Real, donde supuestamente residieron reyerzuelos de la época Taifa y, en la época cristiana, posiblemente, doña Blanca de Borbón, reina de Castilla.

Sin duda, el momento álgido vino con la visita a la torre octogonal. Pocos jerezanos han tenido acceso a tan privilegiada atalaya, donde la mirada se evapora entre la lontananza del horizonte. Lo dijo Aladro en su pequeña intervención: «Un pueblo que no conoce su patrimonio arquitectónico es un pueblo con un déficit de identidad». Al subir a la Torre Octogonal, se entiende perfectamente las palabras del arquitecto jerezano.