Igor Suberbiola.
ESPAÑA

Detenido en Burdeos 'Thierry', el jefe de ETA que ordenó romper el alto el fuego

López Peña está considerado uno de los máximos responsables de la banda Junto a él fueron detenidos el ex parlamentario de Batasuna Jon Salaberria, Igor Suberbiola y Ainhoa Ozaeta, la etarra que anunció la tregua

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La Policía asestó anoche un durísimo golpe a ETA con la detención en Francia de uno de los máximos jefes de la organización terrorista, Francisco Javier López Peña, alias Pierre, Thierry y Zulos. Junto a él cayeron otros tres destacados militantes: el ex parlamentario vasco de Batasuna Jon Salaberria Sansinenea, Igor Suberbiola Zumalde y Ainhoa Ozaeta Mendiondo, la etarra que puso voz a la comunicación de la última tregua de la banda, rota con el atentado de la terminal T-4 del aeropuerto madrileño de Barajas.

La operación fue llevada a cabo al filo de la medianoche en la localidad gala de Burdeos por efectivos de la Gendarmería francesa y de la Guardia Civil, según confirmaron fuentes de la lucha antiterrorista. Al cierre de esta edición, se desconocía cualquier detalle sobre el operativo, que se produce en un momento de máxima actividad de ETA, con la banda embarcada en su mayor ofensiva desde el fin del alto el fuego, una decisión que se atribuye precisamente a Thierry, uno de los ayer detenidos.

Según diversas informaciones, López Peña fue uno de los interlocutores de ETA en las conversaciones con el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Habría intervenido, al menos, en dos reuniones. Una en diciembre de 2006, a la que sucedería la colocación de la furgoneta bomba que acabó con la vida de dos ciudadanos ecuatorianos y redujo a escombros uno de los aparcamientos del aeropuerto madrileño; y otra en mayo de 2007, tras la cual se formalizó la ruptura de la tregua. Francisco Javier López Peña está considerado uno de los más veteranos integrantes de Zuba, acrónimo de Zuzendaritza Batzordea con el que ETA designa a su comité ejecutivo, el órgano colegiado que dirige la organización, informa Fernando Iturribarría. Desde hace más de un decenio, los sucesivos organigramas elaborados por los servicios antiterroristas le han atribuido responsabilidades en el seno de los aparatos encargados de los escondites, la acogida a los militantes en la reserva o la formación militar de los activistas.

Nacido en la localidad vizcaína de Galdakao el 30 de mayo de 1958, López Peña aparece vinculado con ETA en los informes policiales desde comienzos de los años 80 como participante en el frustrado asalto a la cárcel de Basauri para una tentativa de evasión de varios presos. El 22 de febrero de 1983 sufrió la que era su única detención hasta la fecha al ser arrestado en la localidad fronteriza de Hendaya (País Vasco francés) en la sede de la cooperativa Sokoa, cuando formaba parte del sector de ETA político-militar partidario de confluir con los milis, proceso materializado un año después.

Un tribunal de Bayona le absolvió de los delitos de asociación de malhechores, receptación y uso de falsos documentos administrativos. Pero un decreto del Ministerio del Interior le prohibió la residencia en los nueve departamentos del suroeste de Francia. Se cree que en noviembre de 1983 pasó a la clandestinidad. Su nombre figuraba en la lista de 563 presuntos etarras descubierta en una base operativa desmantelada el 30 de setiembre de 1987 en Saint Pée sur Nivelle, cerca de la frontera por Navarra. Zulos, su alias de entonces, o la inicial del apodo aparecieron en documentos incautados en diferentes operaciones realizadas en Francia.

Con órdenes de busca y captura y condenas en rebeldía en el país vecino, López Peña también es objeto de una orden internacional dictada por el juez Baltasar Garzón el pasado 29 de enero. En un auto de procesamiento fechado ese día, el juez de la Audiencia Nacional le acusa de haber impartido cursillos a Iker Agirre Bernadal, detenido cuatro días antes a bordo de un tren en el que acababa de cruzar la frontera por Cataluña. Según el magistrado, le instruyó en la confección de explosivos, le enseñó a disparar, métodos para robar coches o la forma en la que moverse por poblaciones de distinto tamaño y adoptar medidas de seguridad.