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Venezuela echa más leña al fuego al denunciar una incursión de tropas colombianas

La interminable sucesión de encontronazos y acusaciones de belicismo entre Colombia y Venezuela no cesa. Ayer, el ministro de Defensa colombiano, Juan Manuel Santos, salía al paso de la protesta formal -expresada en una nota oficial enviada por Caracas al Ministerio de Asuntos Exteriores vecino- de que el viernes se concretó una «incursión ilegal de tropas del Ejército colombiano en territorio venezolano». El presidente Álvaro Uribe dijo que «si es cierto que nuestros soldados entraron ilegalmente, ofreceremos excusas».

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Santos afirmó que según la investigación realizada no era posible lo que con lujo de detalles -incluido el nombre del subteniente que comandaba el grupo de 60 uniformados y las coordenadas precisas- sostenía la nota de la cancillería bolivariana. «No estaban haciendo nada, no hubo ninguna incursión, es más, en ese lugar hay un río muy caudaloso y es prácticamente imposible que haya sucedido lo que dicen que sucedió», señaló el ministro

El funcionario uribista agregó que las pesquisas las realizó el comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla de León, quien concluyó en la imposibilidad de que sus soldados hubieran cruzado la línea fronteriza porque ni siquiera tenían equipo para cruzar el río. «En ese lugar encontramos una maquinaria venezolana y al menos dos ciudadanos de ese país que están realizando algunos trabajos en territorio colombiano y que no tenían ningún problema en estar allí», señaló Santos.

Nota de protesta

La nota de protesta venezolana, llegaba a Bogotá al mismo tiempo de que los presidentes de ambas naciones ni se miraron mientras estaban reunidos en Lima en la V cumbre América Latina-Unión Europea. La crispación se mantiene por la información extraída del ordenador de Raúl Reyes, el jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) abatido en territorio ecuatoriano en enero pasado, sobre los supuestos vínculos entre la guerrilla y los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Ecuador, Rafael Correa.

El texto formulaba «su más enérgica protesta» por el incidente ocurrido en los Bancos del Municipio Páez del Estado Apure.