Una muerte sembrada de dudas
Actualizado: Guardarenezolana de nacimiento y afincada en Cádiz por amor, Betsabé Allaín Robles dejó para siempre el anonimato cuando su cuerpo apareció guardado en una maleta que fue encontrada por casualidad en un paraje rural de Puerto Real, en abril del año pasado. A los pocos días, la Policía detenía a su esposo en su casa del barrio gaditano de La Laguna, donde la investigación policial sostiene que fue asesinada. Este caso está dentro de las estadísticas sobre violencia de género, aunque el único sospechoso se ahorcó en los calabozos de la comisaria sin que le hubieran arrancado una confesión. Se habían conocido por internet y ella decidió dejar atrás su vida en Venezuela. Meses antes de su muerte, le reconocía a su madre que su esposo la controlaba en exceso. Pero cuando desapareció, la Policía creyó que se había marchado por su propia voluntad, dando por válida la versión que ofreció el esposo.