CONVIVIR. Los alumnos que participan en el Taller de la Paz estudian nuevas propuestas.
CÁDIZ

Educar en convivencia

El Colegio Nuestra Señora de Lourdes tiene en marcha desde hace cinco años un taller para que los alumnos aprendan a convivir

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Flores pide a una de sus alumnas el listado que ha realizado de las personas necesitadas del barrio de Puntales. Quiere comenzar cuanto antes el programa de voluntariado que los estudiantes del colegio Nuestra Señora de Lourdes van a llevar a cabo en estrecha colaboración con la Asociación de Vecinos de San Lorenzo del Puntal. Y es que este centro fue uno de los primeros que se aventuró a poner en marcha un taller para educar a los alumnos en algo más que en matemáticas, lengua o literatura. Una de sus profesoras quería enseñar a sus aprendices a ser buenas personas e inició hace ahora cinco años el proyecto Escuela, espacio de Paz. Desde entonces se han llevado a cabo diferentes actividades para recaudar fondos para diversas entidades, se han puesto los pilares de la lucha contra el racismo en las aulas y se ha trabajado de forma intensa en inculcar a los jóvenes los valores que permitan una convivencia pacífica en las aulas.

Ana, Beatriz, Raquel, Cintia, Irene, Tania, Rubén y Nazaret son los encargados de estudiar todos los proyectos durante las tardes de los martes para después trasladarlos al resto de la clase. Desde entonces, la docente encargada de la actividad, asegura que se han mejorado las relaciones entre los alumnos y se han reducido los conflictos en el centro.

«Los conflictos existen y tienen que salir para que puedan solucionarse. Pero ahora los profesores intentamos que sean los propios alumnos los que lo solucionen. De ahí, la existencia de alumnos mediadores, que sólo deben escuchar a sus compañeros», apuntó Flores Domínguez.

También tienen un taller de la paz donde se inculcan valores relacionados con el rechazo a la guerra y los conflictos. Tienen un libro de la paz donde los alumnos escriben sus frases y organizan exposiciones continuas para todo el colegio. Otra de las experiencias que ha puesto en marcha Nuestra Señora de Lourdes la han vivido de primera mano Ana y Beatriz. Estas dos estudiantes viajaron el pasado año a Marruecos para ayudar a sus compañeros africanos. Una de ellas asegura que se trató de una de las experiencias más emocionantes de su vida. «Pudimos ver que la vida en la escuela es muy diferente, porque allí los alumnos tardaban dos horas en ir a unas clases que estaban en ruinas. No tenían apenas materiales y el suelo de las clases era de tierra», apunta. Una experiencia que le ha dado fuerza para seguir trabajando. De hecho, en la última jornada del taller ya programaban las actividades que van a realizar el próximo curso. Las ganas nunca las pierden.

nagrafojo@lavozdigital.es