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TELEVISIÓN Y RADIO

Las series comienzan a asumir la realidad de la inmigración en España

Directores y guionistas admiten la exigencia de crear personajes que representen de forma natural al extranjero

MATEO BALÍN
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Las series de ficción españolas han cambiado la forma de tratar la inmigración. De una visión secundaria y estereotipada se ha pasado a una postura más realista e incluyente del fenómeno social. Lo hacen tanto con la temática de las tramas como con los registros interpretativos. Así lo demuestra la progresiva presencia de actores extranjeros en comedias y dramas. Directores y guionistas coinciden en que cualquier proyecto de nuevo cuño debería reflejar al extranjero ya no por sentido común, sino como una exigencia comercial.

Los pocos estudios que versan sobre la materia concluyen que la ficción televisiva, además de mostrar la realidad, proyecta y difunde marcos de referencia, imágenes y estereotipos que inciden en la percepción que el espectador tiene sobre el otro. No lo hace de manera capital, pero sí influye -sobre todo entre los menores- debido a los «territorios comunes» que comparten cada vez más españoles e inmigrantes en la vida diaria.

En este sentido, un estudio de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona señala que las series nacionales han tratado históricamente el fenómeno migratorio de manera «victimista». «Los actores que dan vida al extranjero suelen ser ineficaces y tienden a la simulación, la manipulación o el engaño. Siempre desde posiciones marginales, lo que supone una ausencia total de protagonismo», revela la investigación fechada en 2004. Sin embargo, esta visión tan alejada de la realidad se está acabando.

Tanto directores como guionistas hacen una lectura social y otra meramente comercial para explicar la nueva perspectiva sobre todo lo que concierne a lo extranjero. Nuria Bueno, guionista de Globomedia, considera una «exigencia» retratar las preocupaciones de los inmigrantes con mayor naturalidad. «Cada vez consumen más televisión y se ven más reflejados en la ficción española», afirma. Creadora de Lex, la serie de Antena 3 protagonizada por Javier Cámara, cree que la mejor forma de retratar este fenómeno es «huyendo de los tópicos y mostrando con veracidad sus roles en la sociedad española».

En la misma línea, José Luis Acosta, creador de Los ladrones van a la oficina y Fuera de lugar, en La 1, asegura que es un «error» seguir tratando la inmigración desde lo «políticamente correcto». Para Nuria Bueno, un buen ejemplo de cómo se debería proyectar la imagen del extranjero es Osvaldo, el camarero de Aída, al que su jefe en la ficción le conoce como Machu Picchu. «Es un acierto. El áspero trato del jefe y de los clientes. Sus paisanos se identifican con él», asegura.

Con «matices»

Precisamente la procedencia de los actores extranjeros es otro de los hechos que han marcado el tratamiento de la inmigración. De forma mayoritaria, el protagonismo ha recaído en intérpretes iberoamericanos en detrimento de otras nacionalidades, lo que no coincide con la realidad multicultural de la sociedad.

«A este matiz se reacciona con lentitud. Los magrebíes, asiáticos o centroafricanos brillan por su ausencia. Aunque hay que decir a nuestro favor que encontrar un buen actor paquistaní de 50 años es un tanto complejo», comenta José Luis Acosta. De todos modos, el director televisivo ha sido de los primeros en introducir todas estas realidades en 'Fuera de lugar' (TVE), que cuenta las vivencias de su protagonista en un barrio con múltiple presencia de nacionalidades.