«No sois nada, sólo basura»
Con gesto serio pero serena, María Victoria Campos, viuda del guardia civil fallecido, compareció ayer ante los medios para expresar su repulsa contra el terrorismo.
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«Soy María Victoria, la esposa y viuda de don Juan Manuel Piñuel Villalón, y quiero comenzar dando las gracias con mayúscula a la Dirección General de la Guardia Civil por lo bien que se han portado con nosotros en todo momento, desde antes de salir de casa y hasta nuestro regreso. A sus altezas, los Príncipes de Asturias, al presidente del Gobierno, a la vicepresidenta, a los delegados del Gobierno, al coronel de Málaga y demás autoridades. Y muy en especial al señor ministro Pérez Rubalcaba, al general Portillo, a Teo, a Jesús Rico y su compañero, al capitán Antonio, al psicólogo Antonio Romance, a Toñi y por supuesto a mis padres, a mis hermanos, a toda mi familia y a todos mis amigos por el calor humano que nos han dado en todo momento y gracias al cual se hizo más fácil y llevadera una situación que no tiene explicación, que se sale de los límites de la lógica y del entendimiento humano.
Dar también las gracias al apoyo tan inmenso recibido de las víctimas del terrorismo, ahora por desgracia compañeros míos, que vinieron expresamente a darme su solidaridad y tendernos su mano, sabiendo como sé lo duro que debió ser para ellos recordar esos momentos inexplicables. Gracias a todos los amigos y compañeros que vinieron desde Valencia y Asturias a despedirse y acompañar a su amigo, mi marido Manolo, Piñuel para todos ellos. Y también para los que no pudieron venir pero han estado. Y gracias también al pueblo vasco, que me transmitió toda su fuerza, toda su dignidad y toda su grandeza.
Y repudiar desde lo más hondo de mi corazón a esos cobardes miserables que no tienen dignidad ni principios, que destruyen sin escrúpulos la vida y las ilusiones de las personas, que no saben respetar un estado de derecho, que quieren acabar con la democracia y ensucian con sus viles actos la dignidad de su pueblo. Pero que sepan que no quedará así. Que luchamos y lucharemos porque esta lacra de asesinos miserables acabe y que con la ayuda de todos lo vamos a conseguir. No sois nadie. Sólo basura, un punto negro en la limpieza de un gran país. Y quiero decir que esta medalla que ya no puede llevar mi marido pero la llevo yo en su nombre con todo el orgullo. Viva España y viva la Guardia Civil.
Y agradecer a los medios de comunicación que hayáis acudido y que, por favor, por el bien de mi hijo y de toda mi familia, ahora respetéis mi intimidad. Muchísimas gracias».