
«Si la política no lo entiende, habrá que gritar más fuerte»
El vocalista y compositor barcelonés acaba de cumplir su décimo aniversario dedicado a la música en solitario Reaparece con un nuevo álbum, 'Salir a la lluvia', grabado en la isla de Creta con instrumentos autóctonos
Actualizado: Guardar«Nuestra esquizofrenia ante los problemas medioambientales hace que nos horroricemos viendo el demoledor documental de Al Gore, y luego quedemos prendados del todoterreno que anuncian después». A Manolo García, que ha incluido una buena ristra de logos de asociaciones ecologistas en el libreto de su nuevo disco, parece que no le importaría demasiado que estas líneas se convirtiesen en un alegato medioambiental, en lugar de ser una presentación al uso de su nueva obra. El ex Último de la Fila conversa sobre Salir a la lluvia sin pausas ni silencios, con las ideas muy claras, encauzando incluso las preguntas estrictamente musicales hacia su preocupación por la salud del planeta. Con insistencia, y entre niveles de CO2 y paneles solares, termina asomando el cuarto disco de su carrera en solitario.
-¿Salir a la lluvia significa ser valiente y echarse a la calle, con la que está cayendo en lo medioambiental, económico y social, o alude a una búsqueda de catarsis vital?
-Tiene que ver con salir a buscar aire, a mojarse, a refrescarse en la naturaleza; y también con la esperanza, con las ganas de tirar para adelante, pero sin dejar de generar debate social. En las conversaciones de calle, de bar, de amigos, de compañeros de trabajo, se habla de problemas que no oigo en el discurso político, que está lleno de cortinas de humo y de intereses de partido que lo nublan todo. Tenemos delante problemas muy, muy serios que hay que afrontar, y si la política no acaba de entenderlo, la calle tendrá que gritar mucho más fuerte.
-Alguno pensará que se ha puesto alarmista...
-Sí, sé que más de uno dirá: «Anda mira, a este tío ahora le ha dado por ésto», pero es que la cosa es tan simple como que somos animalitos, que necesitamos aire, luz, sol; un poquito de naturaleza, y todo eso nos lo estamos cargando a conciencia. No hay que lamentarse, ni ser derrotista, y empezar a actuar ya, porque en la lucha medioambiental hay algo muy positivo: lo que se haga será bueno para todos, de cualquier color político o clase social.
-Parte del disco ha sido grabada en Creta. ¿Cómo fue aquello?
-Nunca había estado en Grecia, y he disfrutado mucho comiendo y bebiendo con sus gentes. La idea de ir allí surgió por casualidad. Xavi Turull, percusionista de Ojos de Brujo, me habló de varios músicos cretenses que tocaban el laúd, la lira, etc. Me animé, les llamé y fui a la isla a tocar con ellos, hasta hacer mía su sonoridad. Son personas encantadoras, algo imprescindible para mí, pues sólo trabajo con gente que me ayude a crear música que ilusione y que anime a tener una actitud de esperanza y de lucha ante los problemas de los que hablo.
-¿Incluirá a estos músicos en su gira?
-Estoy trabajando en ello, porque me haría mucha ilusión. Espero contar con ellos para unos cuantos conciertos, por pocos que sean.
-¿Siente vértigo ante el lanzamiento de Salir a la lluvia o hay mucho callo?
-Qué va, no tengo la piel tan dura. No es que sienta miedo, pero cuando voy a sacar un disco lo tengo tan machacado en mi cabeza que pierdo la noción de todo, y ya no sé si lo que he hecho está bien o mal. Esperemos a ver qué os parece.
-Nadie le imagina volviendo con El Último de la Fila. ¿Qué le parecen los regresos de Nacha Pop, Tequila...?
-Lo respeto muchísimo. Mira, yo creo que si hacen feliz a su gente, las críticas sobran.