Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizJerez
rocío 2008

Jerez recibió a los rocieros con vivas, plegarias y palmas a Ella

A.E. Posada | Jerez |
Actualizado:

Ya se decía ayer en estas mismas páginas que para montar el campamento en Marismilla y celebrar la Eucaristía, la Hermandad lo tendría bastante ajustado, pero finalmente se pudo celebrar con normalidad el miércoles por la noche el último acto de culto que la Jerez tenía programado en el Coto de Doñana en la presente Romería de 2008.

El tiempo siguió fresco pero mucho mas llevadero que el día anterior e hizo posible que los romeros echaran un buen rato junto a la Carreta del Simpecado en su ultima noche del Coto. Un detalle simpático fue el de la Guardia Civil de Doñana, que se presentó en el campamento para despedirse de la hermandad porque una vez que cruzaran el río para desembarcar en Sanlúcar estarían acompañados por otros miembros del Cuerpo que lo seguirían hasta Jerez.

La Eucaristía de la noche del miércoles, por ser la ultima dentro del Coto, resultó muy emotiva, con el añadido de la ultima Homilía del Padre Alexis, en la que estuvo muy brillante. El fervor y la emoción de los romeros era cada vez mayor al sentirse ya tan cerca de sus hogares, tan cerca de Jerez y de sus familias, aunque sin olvidar los días vividos y los ratos que han estado con la Virgen. Muy contentos estaban todos porque, afortunadamente, todo se ha desarrollado en un ambiente de cordialidad, de confraternidad y con la carga de fe y espiritualidad que las romerías requieren.

La Hermandad, consciente de que ya en el ultimo día la intendencia no andaba muy boyante, preparó una barbacoa en Marismilla para invitar a todos los que allí se quedaron a cenar, no sólo los rocieros que venían haciendo el Camino de vuelta sino otros que aprovecharon para acercarse desde Jerez y pasar con los romeros la última noche de la Romería. Con un buen ambiente se vivió la barbacoa hasta que a las doce se rezó la Salve delante del Simpecado. Como ya advertíamos, algunos apuraron la madrugada junto a la Carreta de plata y otros se retiraron para descansar.

Ayer, después de la diana y la recogida del campamento, todo se dispuso para reanudar el Camino y llegar a la playa de Malandar, frente a Sanlúcar, zona que bautizó nuestro pregonero como Los Claustros del Silencio. Puntual se presentó el Simpecado a las once de la mañana en la otra orilla, y ante la Virgen del Carmen de la capillita de Bajo de Guía se rezó el Ángelus. Qué diferencia tan grande de un embarque a otro. Este, prácticamente, en familia, pero no menos emotivo y cargado de sentimiento.

En los rostros de los romeros se notaba el cansancio, aunque aún quedaban fuerzas para cantarle alguna sevillana. El sol encima de la caravana jugueteaba con las nubes para ser testigo del rezo y aportar un poquito de calor en este Rocío tan fresco. El Hermano Mayor de Jerez, Felipe Morenés, derrochaba satisfacción por cómo iba saliendo todo, sin incidencias dignas de mención, como él y toda su Junta de Gobierno deseaban. Morenés comentó que el romero evacuado del Camino en la tarde del pasado miércoles, José Aranda Bel, se encontraba en Huelva haciéndose pruebas de su estado de salud para determinar su diagnostico. Ojalá y que la Virgen lo permita, pronto regrese sano y salvo a casa. Fue especialmente agradable la presencia en el último día de Camino del Teniente Hermano Mayor, Ignacio Muñoz, que saliendo de su convalecencia no quiso perderse este momento de oración en Sanlúcar.

La caravana se reorganizó con la ayuda y colaboración de la Guardia Civil y voluntarios del Plan Romero, y se dirigió con bastante prisa hacia el tradicional rengue de almuerzo en Ventosilla. Allí se celebró la última convivencia y el último descanso para regresar frescos a Jerez. En este parón se aprovechó nuevamente para cambiar las flores de la Carreta del Simpecado, para que también entrara renovado y fresco por las calles de nuestra ciudad. Había ya muchas ganas de llegar, y pronto después de atravesar esa preciosa ruta de las viñas entraron por la carretera del Calvario en el Santuario de San Juan Grande. Se repartió romero entre los allí congregados, que ansiosos esperaban el mensaje de esperanza de los rocieros como alivio a sus males. Nueva parada ante la Gruta del Calvario y continuación hacia el Santuario de la Patrona, la Virgen de la Merced.

Continuó la comitiva por calle Muro, Santiago, Ancha y Porvera, recorrido que fue aprovechado por las cofradías que tienen su sede canónica en estas calles para salir al paso del Simpecado, saludar a los romeros y rezar conjuntamente por el buen fin de esta Romería. Así, se pudo ver a representantes del Transporte, la Buena Muerte, la Virgen de la Cabeza, la de Jesús de la Puebla, el Prendimiento, los Judíos de San Mateo, que tan ligados están con el Rocío; la Soledad, la Borriquita y, ya en la alameda de Cristina, Jesús Nazareno y Oración en el Huerto, además del Rosario de los Montañeses que también comparte sede con la hermandad rociera.

Eran casi las diez de la noche cuando el Simpecado llegó a Santo Domingo, donde esperó el paso de todas las carretas y vehículos de tracción mecánica con el sonido del pitero y los cohetes de fondo. Cientos de personas fueron testigos del final de la Romería.