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ESPAÑA

Las fuerzas de seguridad atribuyen el atentado al 'comando Vizcaya'

El consejero vasco del Interior, Javier Balza, afirma que la banda terrorista tiene en Euskadi una infraestructura «potente» que «va acostar desmantelar»

MANU RUEDA
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Los servicios antiterroristas de la Guardia Civil y de la Ertzaintza atribuyen al comando Vizcaya de ETA la autoría del ataque contra la casa cuartel de Legutiano, que ayer costó la vida al agente Juan Manuel Piñuel. El consejero vasco de Interior, Javier Balza, transmitió de hecho algunos datos inquietantes al respecto. La banda armada, aseguró, tiene en Euskadi una infraestructura que «preocupa y va a costar desmantelar», ya que está compuesta por un grupo «potente» de miembros legales -no fichados- que sirve de base a los liberados -a sueldo de la organización-. Esta circunstancia les permite cometer «numerosos atentados en el tiempo y de gravedad».

Tras reunirse con el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en la sede de la Delegación del Gobierno en el País Vasco en Vitoria para analizar la situación, Balza explicó que las primeras investigaciones apuntan a que los terroristas pueden ser los mismos que atentaron contra los cuarteles de la Guardia Civil de Durango y de Calahorra. «Por la zona de la huida, es aventurar situaciones, pero se trata de una de las hipótesis más importantes en el momento actual. La operativa ha sido la misma que en Durango y muy similar a la de Calahorra», manifestó.

Procedimiento idéntico

En el caso de Durango, el pasado 24 de agosto, el procedimiento fue prácticamente idéntico. Este método sólo tiene como precedentes similares otras dos acciones cometidas en la década de los ochenta por el 'comando Argala' que lideraba Henri Parot. Con este sistema los terroristas volaron la casa cuartel de Zaragoza en diciembre de 1987 y la sede de la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid en noviembre del año siguiente.

En ambas ocasiones activaron la bomba y se subieron de inmediato a un segundo vehículo que circulaba detrás de ellos para darse a la fuga. Esta fórmula, no obstante, ha sido empleada por ETA en muy pocas ocasiones, debido al alto riesgo que entraña para quienes la llevan a cabo.

El consejero de Interior precisó que el coche que los terroristas abandonaron ayer en el primer momento de la huida en las inmediaciones del puerto de Urkiola, en el término municipal de Abadiño, pudo ser desactivado por la Ertzaintza al fallar el dispositivo de autodestrucción que tenía preparado para eliminar las pruebas.

Esta circunstancia, apuntó Balza, permitirá llevar a cabo un análisis «minucioso y exhaustivo» para tratar de conseguir alguna evidencia que identifique a los responsables del atentado. Asimismo, señaló que existían «otros indicios» que habían sido recogidos por la Guardia Civil, que se van a «compartir» para poder llegar a un estudio conjunto más completo.

Ejercer «de base»

Balza admitió, no obstante, que «nos encontramos ante una infraestructura que preocupa y va a costar desmantelar, por todo el empeño que pongamos en ello». El hecho de que los terroristas mantuvieran el coche de la huida escondido durante un mes apuntaría también, según fuentes de la investigación, a la autoría del comando Vizcaya -integrado por Jurdan Martitegi y Arkaitz Goikoetxea-, al ser el único con la capacidad organizativa necesaria para tener el automóvil oculto.

A este grupo se le atribuye la mayoría de los atentados cometidos por ETA desde la ruptura oficial del alto el fuego permanente, en junio del pasado año. Su gran movilidad reforzaría la tesis de una amplia red de legales que ejercerían «de base» a los liberados.

Los expertos no descartan que los vehículos bomba, aunque sustraídos en España, sean preparados en Francia por el equipo del que parece ser nuevo hombre fuerte de ETA: Aitzol Iriondo, lugarteniente del jefe militar Garikoitz Aspiazu, Txeroki.

Otras hipótesis de trabajo, sin embargo, barajan la posibilidad de que el talde disponga de un taller en Euskadi en el que ha fabricado las bombas utilizadas en los últimos atentados. La precisión de algunos artefactos revelaría, según los mismos medios, que disponen de un lugar seguro en el que tomarse su tiempo para elaborar las bombas.

Con el atentado de ayer, el primero mortal que se les imputa, la carrera criminal de los pistoleros del comando Vizcaya crece a catorce atentados de gran envergadura en apenas diez meses. Una trayectoria casi sin parangón en la historia reciente de la banda.

Las dos únicas acciones terroristas tras la ruptura de la tregua que no se le atribuyen son el asesinato, el pasado 1 de diciembre en Capbreton (Francia), de los guardias civiles Fernando Trapero y Raúl Centeno, y el del ex concejal socialista de Mondragón (Guipúzcoa) Isaías Carrasco, perpetrado el pasado 7 de marzo.