Amadeo Azar ofrece su «perversa» mirada de la clase media universal

La prisa, como dicen los sabios, no es buena. Incluso, mata, dicen en algunos países del Magreb. A veces debajo de una imagen idílica se esconde una realidad poco paradisíaca y menos idealista. Hace falta tiempo para descifrar todos sus significados.

Amadeo Azar ha tenido muy en cuenta ese refranero popular a la hora de dar forma a su obra que bajo el nombre Los límites de la niebla permanecerá expuesta en la Sala Rivadavia de Cádiz hasta el próximo 15 de junio.

Un total de 22 cuadros cuelgan de sus paredes, 9 acuarelas y 13 óleos, que ofrecen una mirada muy especial de una realizad vista a través de un prisma color pastel. «Hablan mucho del mundo contemporáneo, de mi forma de verlo», explicó ayer el artista argentino delante de uno de sus trabajos donde un camión con destino a la ultra-derecha aparece destrozado. Lo que muestra «tiene que ver con la mirada de la juventud descreída de los iconos populares que otras generaciones han tenido como bandera».

Lectura documental

«Es una lectura casi documental de la realidad» tejida a través del humor, un componente que se funde con los colores en la paleta de Azar y que se convierte en un punto importante para acceder a su obra ya que «sin él no se podría abordar». La ironía también es un ingrediente presente en sus pinturas donde la ausencia de personas sirve para retratar y analizar la clase media de cualquier sitio.

«Las imágenes son inquietantes y poseen un cierto aire perverso», apuntó la vicepresidenta de la Fundación Provincial de Cultura, Ana Mosquera ayer durante la presentación de Los límites de la niebla.

Mosquera centró su atención en una de las obras que aparentemente muestras un apacible río donde flotan unas barcas con forma de cisne, pero el interior de cada una de ellas guarda una bomba. La muestra es el resultado de la sintonía surgida a partir de la «estrecha relación de enriquecimiento mu-tuo» que, según apuntó la diputada, existe entre la Fundación y el Consulado de Argentina que «va más allá de compartir edificio».

Compatriotas

La cónsul argentina en Cádiz, María Elena Borasca, también tuvo unas palabras para su compatriota e incidió de nuevo en la doble lectura de los cuadros. «Nos retrata con suavidad y dulzura una parte de la realidad para, más tarde, colocar un alfiler y decirnos que no todo es tan amable».

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