JORNADAS. Ignacio Buqueras, Mercedes Colombo, Carmen Gallardo y Ramón Barrena en el ciclo de Racionalización. / ÓSCAR CHAMORRO
Ciudadanos

Sólo cinco empresas de Cádiz tienen planes para conciliar la vida familiar con el trabajo

Una panadería y una guardería están entre los negocios con un sello de calidad Equal de la UE Expertos revelan en Cádiz que los españoles trabajan 250 horas más al año que los europeos

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Antonio, administrativo de 37 años, termina de rellenar una tabla de números en la pantalla de su ordenador. Sin embargo, antes de apagar la computadora y dar por concluida la jornada de trabajo, echa un vistazo a la oficina. Y opta por esperar. Al menos hasta que su jefa decida salir por la puerta. Aunque Antonio es un nombre ficticio, esta escena podría repetirse en, al menos, nueve de cada diez empresas de la ciudad. Sólo el 8% de las empresas adoptan medidas de conciliación de la vida familiar con la laboral, según los datos de un estudio de la Fundación de la Mujer de Cádiz. Precisamente, sólo cinco negocios pueden presumir de contar con un sello europeo Equal, que certifica una especial atención a las dos vidas de sus empleados.

La cultura del presentismo, o de calentar la silla fingiendo que se trabaja cuando sólo «se está», se ha instalado entre las empresas españolas. Y Cádiz no es una excepción. Aunque echar más horas en el tajo no implica ser más productivos sino todo lo contrario, avisa la Comisión Nacional para Racionalizar los Horarios Españoles, que ayer celebró en Cádiz unas jornadas. «Cambiar la cultura del presentismo por la cultura de la productividad es la gran batalla de las empresas», recordó ayer Ignacio Buqueras, presidente de la asociación.

En España se trabajan 247 horas más al año que en el resto de los países europeos y, sin embargo, seguimos a la cola de Europa en productividad. Además, dormimos menos tiempo: casi 50 minutos cada noche. «¿Alguien se dejaría operar por un médico que no ha descansado lo suficiente?», se pregunta Buqueras. Los gaditanos están cada vez más lejos de la «regla de los tres ochos» que la comisión defiende como claves para conseguir conciliar familia y empleo: dedicar ocho horas de trabajo, ocho horas de tiempo libre y otras ocho para dormir.

La ecuación es sencilla, aunque casi cualquier gaditano que trabaje afirmaría sin dudar que se trata de una quimera. Y la culpa toca repartirla entre todos. «Son responsables los empresarios, pero también los trabajadores, la Administración y la sociedad civil en general, que lo acepta. Nos hemos instalado en una rutina que hay que romper», añade. Sin embargo, las empresas gaditanas que concilian son aún sólo una pequeña mancha de aceite... que flota en el inmenso mar de no conciliación. Sólo cinco negocios instalados en la capital han conseguido un certificado Equal, que distingue a las empresas europeas con planes para articular la vida personal con el trabajo. Entre ellas, está la cadena de panaderías La Gloria -con diez establecimientos en la capital-, la guardería Peques, la empresa que gestiona las visitas turísticas a la Torre Tavira, la consultora Ozonia, y el hotel Las Cortes de Cádiz.

Entre los planes que han puesto en marcha están la flexibilidad de horarios, ajustar las entradas y salidas para poder recoger a los pequeños en el colegio, reducir las jornadas partidas, e incluso dar cheques para guarderías o atender a los familiares dependientes. En el resto de España, la situación no mejora: sólo el 7% de las empresas ofrecen horarios flexibles.

Reduce la siniestralidad

Las consecuencias de no conciliar se extienden al resto de la familia. Y llegan a la escuela. Buqueras afirma que buena parte del fracaso escolar -que encabezan Cádiz y Andalucía en España, según el reciente informe Pisa-, se explica porque los padres trabajan demasiado. «¿Cuántos niños llegan de la escuela y no encuentran a nadie en casa que les atienda?», se pregunta Buqueras. También afirma que muchos accidentes laborales se reducirían con horarios más flexibles. «Un descanso deficiente provoca falta de atención y está directamente relacionado con la siniestralidad laboral», añade el presidente de la Comisión.

Un concepto instalado entre las empresas conciliadoras es el de «tiempo cero»: un espacio para no recibir llamadas, ni abrir el correo electrónico, ni atender a nadie. «Es esa franja diaria que uno se marca para huir de las interrupciones», explica Ramón Barrera, miembro de la Asociación para la Racionalización de los Horarios.

Y a veces basta simplemente con responder no. «Aprender a decir no es muy importante y valioso, teniendo en cuenta que el tiempo es un recurso muy escaso», añade Antonio Martín, economista y directivo de la empresa Maderas Nebreda, instalada en Conil. Este negocio también ha empezado a flexibilizar su horario. «Se trata de que cada uno gestione su trabajo de la forma más eficaz, y funciona», apunta Martín.

Tal vez se trate, como decía Frank Sinatra, del que ayer se cumplían diez años de su muerte, siempre que sea posible: «de vivir la vida, a tu manera».

esanmartin@lavozdigital.es