ADIÓS. Los romeros pasan por última vez por el Bajo de Guía. / M. H.
rocío 2008

Los romeros gaditanos llegan a casa con la fe renovada

El Simpecado de la hermandad de Cádiz llegó a San José a las 21.30 horas; hoy lo harán a sus localidades las comitivas de Sanlúcar, Jerez y El Puerto El regreso de las carretas provocó un caos de tráfico a la entrada de la capital

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«Lloran los pinos del Coto despidiendo a las carretas». Así reza una sevillana que resume los momentos vividos por los rocieros durante la última semana y, sobre todo, los instantes que han acontecido en el Parque Natural durante el Camino de ida y, también, en el de vuelta. El martes los romeros de las hermandades de Cádiz, Puerto Real, San Fernando y la asociación de Chiclana pasaron la última noche en el Coto, en el denominado Corral del Félix la Hermandad de Cádiz y Puerto Real y el resto en Marismillas.

A las 22.30 horas se rezó el rosario ante la carreta del Simpecado de Cádiz con la presencia los hermanos que querían orarle a la Blanca Paloma. Después, la hermandad de Jerez, que también pernoctaba en El Corral del Félix, invitó a las hermandades a participar en una eucaristía presidida por el director espiritual, el padre dominico Alexis Martín, que pidió a los romeros que no se guardasen las vivencias del Camino, sino que las contasen sin vergüenza.

A las seis de la mañana el pitero de la comitiva de Cádiz despertaba a los peregrinos después de haber pasado su última noche en el Parque Natural, partiendo la caravana a las 7.45 horas en una mañana fría. El camino desde el cerro hasta Sanlúcar se convirtió en un duro trayecto debido a la profundidad de las arenas. De nuevo el cerro de los Ánsares fue una difícil prueba, sobre todo para los hermanos que acompañaban andando al Simpecado. Y en la cuesta de la mala leche, encuentro a las once de la mañana con la hermandad de Sanlúcar, que iba acompañada por el padre Quevedo, pregonero del Rocío de Cádiz de este año.

Los romeros gaditanos iban pasando en caravana por este lugar, mientras los sanluqueños levantaban la amplia acampada en Carboneras y también se disponían a seguir su camino, pero hasta Marismillas, para pasar la última noche. En este lugar fue donde la Hermandad de Cádiz celebró su último almuerzo y rezó su último ángelus en la peregrinación. Y antes de que el reloj marcase las tres de la tarde, de nuevo los más de 150 rocieros gaditanos que habían realizado el Camino de vuelta se dispusieron rumbo a la playa, para cruzar en barcaza el río Guadalquivir hasta Sanlúcar de Barrameda.

Lágrimas de emoción

Una hora más tarde, los rocieros llegaban a la playa, tranquila, que esperaba su llegada. En ese instante las lágrimas nacieron de los ojos de muchos peregrinos al despedirse definitivamente de El Rocío hasta dentro de más de un año, ya que Pentecostés se celebrará el 3 de junio.

El Simpecado se montó en la barcaza a las cuatro y diez de la tarde acompañado por varis hermanos que no quisieron abandonarlo, y le rezaban, cantando sevillanas, a la Virgen del Rocío.

La llegada a Sanlúcar dejó las arenas atrás y los rocieros pisaron asfalto después de ocho días. Escoltados por la Guardia Civil, la comitiva se formó tras el Simpecado, adelantando incluso la caravana formada por la Hermandad de Puerto Real.

A esta localidad la corporación gaditana llegó a las siete menos diez de la tarde, hizo una breve parada en el Río San Pedro, donde muchos romeros esperaban la llegada de los peregrinos. Minutos más tarde se dispuso la comitiva y los rocieros echaron a andar detrás de la carreta por el Puente Carranza, llegando a Cádiz a las 20.45 horas. En el complejo deportivo Ciudad de Cádiz los gaditanos esperaban a los peregrinos, que llegaban con el rostro cansado, llenos de polvo y arena, pero satisfechos por la realización del Camino.

Antes de llegar a la parroquia de San José -por un solo carril de la Avenida- la comitiva paró frente al Hospital Universitario Puerta del Mar donde se rezó una salve para los enfermos.

Agradecimientos

Por fin, y después de rodear la plaza Jesús de la Paz y ser recibido por una petalada en la calle Poeta Nieto, el Simpecado de Cádiz se dispuso frente a la puerta de su sede canónica a las 21.30 horas entre aplausos, vivas y oles.

Fue el hermano mayor, Manuel Montaño, quien trasladó al titular de la hermandad al altar mayor, donde les esperaba el director espiritual, el padre Óscar Esparragosa, quien tuvo unas palabras de aliento para todos los rocieros.

El hermano mayor también quiso agradecer «a todos sus hermanos, quienes hayan hecho el Camino o no» su colaboración para que la peregrinación se desarrollase sin problemas.

A continuación se rezó el ángelus y el Simpecado su trasladó a su capilla mientras sonaba la música del pitero y el tambor.

A las diez de la noche finalizó la peregrinación al Rocío de la Hermandad de Cádiz. Un momento donde se empieza a preparar la del año próximo.

Hoy harán lo mismo las hermandades de Sanlúcar, El Puerto y Jerez, que pasarán en este orden por el río Guadalquivir. Las tres comitivas llevan casi diez mil romeros que han realizado el Camino con cada una de estas hermandades.