Al amparo de Buda
Los birmanos se refugian en monasterios por el abandono de la Junta Militar tras el ciclón
Actualizado: GuardarCon un régimen militar que les ha machacado 46 años e impide la entrada de la ayuda internacional para no perder el poder, ¿en quién pueden confiar los birmanos para hacer frente a los devastadores efectos del ciclón 'Nargis'? La respuesta es rotunda: en los 400.000 monjes budistas que hay en el país.
Ante la incompetencia o dejadez del Ejército, los 'pongyi', que se levantaron contra el Gobierno en septiembre durante la 'revolución azafrán', cobijan a los damnificados en sus monasterios. Así ocurre en Bogalay, una de las ciudades más afectadas y en cuyos alrededores habrían perecido 80.000 personas. La comunidad está dirigida por el abad Sitagu Nyarneinthara, uno de los líderes más respetados del budismo birmano y a quien la Junta Militar no se atreve a tocar.
Debido a su prestigio, más de seiscientas personas han buscado su amparo en el centro religioso, que atiende a una decena de pacientes en su clínica, y reparte agua y alimentos sin recurrir, como es obligatorio, a los militares. «El Gobierno no se preocupa de recoger a los muertos ni de atender a los vivos», se queja Nyarneinthara mientras se interesa por la salud de un anciano al que un médico le toma la tensión.
En el dispensario también está ingresada Ni Larwin, una joven de 20 años que salvó su vida y la del hijo que lleva en su vientre. Al igual que ella, Ohmma San, embarazada de ocho meses, podrá dar a luz porque su marido la ató a su cuerpo para que no se la llevara el ciclón. «Tres de mis familiares han muerto, pero mi pequeño vivirá», se contenta la muchacha animando a U Khi Win, quien a sus 57 años ha perdido a tres de los ocho miembros de su familia.