COMPARECENCIA. El canario Soria y la catalana Sánchez Camacho presentan la ponencia. / EFE
ESPAÑA

Mayor Oreja respalda la revuelta de San Gil contra Rajoy

Los autores de la ponencia política del PP aseguran que la presidenta del partido en Euskadi «comparte al cien por ciento» su contenido aunque no lo firme

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Jaime Mayor Oreja apoya la revuelta que inició el pasado domingo la presidenta del PP vasco, María San Gil, contra Mariano Rajoy a propósito de la ponencia política para el próximo congreso de los populares. El ex ministro de Interior anunció ayer que, junto a la dirigente vasca «y otras muchas personas», va a «dar la batalla para que el PP sea una garantía» frente a las demandas del nacionalismo. Sectores del principal partido de la oposición temen que su presidente pretenda ablandar la actual posición para mejorar sus expectativas electorales.

El texto de la ponencia política vio hoy la luz, e incluye las tesis de la líder de los populares vascos, pero no lleva su firma. Un detalle menor, según Alicia Sánchez Camacho y José Manuel Soria, los otros ponentes, porque San Gil «comparte al cien por ciento» su contenido.

Mientras, Rajoy no sólo mantiene la boca cerrada, si no que ayer mismo confesó que a todo el que le pregunta por la crisis abierta le responde que «no hable y no se meta en líos».

En conversación informal con periodistas en los pasillos del Congreso de los Diputados, sí confirmó la suspensión del acto que este jueves debía compartir con San Gil en Vitoria, e insistió en que no dirá al respecto «nada inconveniente ni conveniente».Según muchos dirigentes del PP, la actitud de Rajoy mina su liderazgo y facilita escaramuzas a la contra.

Mayor Oreja se alineó ayer con un movimiento interno que defiende no variar ni un ápice la estrategia antinacionalista del partido opositor. El ex ministro y ahora eurodiputado justificó la retirada de San Gil de la ponencia porque «había una idea de modificar sustancialmente su posición». Se pergeñaba, añadió, «una contraponencia» opuesta a sus planteamientos.

Cambios

Mayor Oreja, una de las puntas de lanza del aznarismo en esta delicada controversia, restó importancia desde Bruselas a que, al final, el texto incluya los puntos de vista de la presidenta del PP vasco porque lo relevante «no es la literalidad» del documento, lo sustancial es «la verdad de las personas» y en este caso, sentenció, San Gil «dice la verdad» y no comparte el contenido inicial de la ponencia política, luego alterada para incorporar las ideas de su discípula. El eurodiputado y mentor político de la dirigente confió además en que el PP no se adentre «en la carrera de quién miente mejor».

En una entrevista en la página web 'Libertad digital', el ex ministro del Interior no dudó en lanzar un dardo a la diana de Rajoy y lamentó que la estrategia opositora se centre en hablar de «impuestos», en alusión a las críticas a la política económica gubernamental que el líder de la oposición ha escogido como ariete en este comienzo de la legislatura. En el último mes y medio, abundó Mayor Oreja, el PP no está «enfocando bien» el «auténtico debate» sobre la situación política en España.

El meollo, a su juicio, radica en optar entre «rendición o resistencia» frente a los nacionalismos y ante la «segunda transición» que pretende José Luis Rodríguez Zapatero con su «inacabada» negociación con ETA. En su caso, y en el de otros en el PP como San Gil, la apuesta es clara: «resistencia».

Acuerdo roto

Su intervención echó más leña al fuego que prendió durante la redacción de la ponencia política, una enredada controversia que este martes dio pie a situaciones propias del teatro del absurdo. Los otros dos redactores del documento, el canario José Manuel Soria y la catalana Alicia Sánchez-Camacho, presentaron el fruto de sus trabajos con el «consenso al cien por cien» de sus tres ponentes, aseguró la dirigente gerundense, que garantizó que en el texto «se recogen íntegramente» las propuestas de San Gil y remitió a la interesada las explicaciones sobre su ausencia. «Habrá que preguntarle a María por qué no está aquí», apostilló Soria.

Sánchez Camacho aseguró que el domingo por la tarde llegó a un acuerdo con San Gil sobre la redacción final y, por tanto, dijo no entender las razones de la posterior decisión de la presidenta de los populares vascos de echarse atrás por «diferencias fundamentales» que impedían que firmara la ponencia.

Fuentes del PP señalaron que el quid de la cuestión estuvo en una información que San Gil conoció horas después, en la que Soria defendió la autonomía de los dirigentes populares para llegar a acuerdos con los nacionalistas en sus territorios. Una forma de justificar sus pactos con Coalición Canaria, pero que confirmó las peores sospechas de la dirigente donostiarra de que el documento es papel mojado porque las intenciones de Rajoy y sus colaboradores en relación a los nacionalistas no son las de mantener una estrategia de firme beligerancia, sino otras distintas.

Esa impresión ya la tuvo San Gil en las discusiones con Soria durante los trabajos preparatorios, y con José María Lassalle, hombre de confianza de Rajoy, que actuó de coordinador de la ponencia. La líder del PP vasco intuyó un giro de su partido en la estrategia frente al nacionalismo. «No ha habido la más mínima discrepancia», dijo sin embargo este mismo martes el presidente de los populares canarios.

La división en el partido opositor no hace más que ahondarse a medida que pasan las horas pese a los intentos contemporizadores del propio presidente del PP con San Gil y de otros dirigentes, entre ellos Javier Arenas, que también intentaron mediar sin éxito pues la líder de los populares vascos se mantuvo firme.

Se da la paradoja de que el único punto en común de unos y otros fueron las loas a San Gil: no hay dirigente que no las haya incorporado a su discurso. «María es de todos» o «María somos todos», dijeron por separado, mas en curiosa sintonía, Esteban González Pons, un hombre del círculo de Rajoy, y Jorge Moragas, secretario de Relaciones Internacionales. Federico Trillo tampoco escatimó alabanzas y afirmó que San Gil es «la personificación de la idea de España que es, ha sido y será la del PP».

También hubo quienes intentaron minimizar el embrollo. El alcalde madrileño, Alberto Ruiz-Gallardón, reclamó sosiego porque en las fases previas a un congreso surgen «momentos especiales», pero luego la sangre no llega al río.

El presidente del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, indicó que «no conviene dramatizar» la polémica porque en toda redacción de un documento político «se discrepa» y hay que acostumbrarse «aunque no sea muy habitual» en los debates internos de los populares.