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Condenan a los jefes del 'clan Follarranas' pero absuelven a otros ocho acusados

El tribunal considera que hubo errores en algunas identificaciones de sospechosos que hizo la Guardia Civil

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La Sección Tercera de la Audiencia Provincial hizo pública ayer la sentencia que condena a los dos cabecillas del clan Follarranas; una banda de narcos, nutrida con miembros de tres familias conileñas, que fue enjuiciada hace más de un mes y tras haber sido desmantelada a finales de 2005 en el marco de la operación Anfibio. El fallo judicial, además, deparó sorpresas para ocho de los 23 procesados que han sido absueltos porque el tribunal entiende que hay dudas serias sobre su implicación y en el caso de dos de ellos, hablan explícitamente de errores de identificación que cometió la Guardia Civil en las pesquisas.

Pese a que esta banda hunde sus raíces en la localidad de Conil, se trata de una organización internacional de narcotráfico que quedó de manifiesto, según el relato que hace la sentencia, con los constantes contactos que mantenían los cabecillas con traficantes marroquíes, a los que escondían cuando acudían a Cádiz para cerciorarse de que se realizaban los alijos con éxito. Este tipo de entramado delictivo, más su posición en la cúpula de la organización, les ha valido a los dos líderes enjuiciados las penas más elevadas. Pedro Heredia Brenes, alias Follarranas, ha sido sentenciado a siete años de prisión mientras que su compañero en la jefatura criminal, Sebastián Fernández Bustos, conocido como Chano, le ha caído nueve años.

Extradición pendiente

Queda un tercer máximo responsable de la banda que no ha podido ser sometido a la justicia española porque se encuentra preso en Marruecos, donde fue detenido con un alijo. Se trata de José Manuel Trujillo Galindo, alias Fornel, quien logró huir al país vecino cuando se desencadenaron las detenciones a partir de un envío frustrado en Vejer. La Fiscalía ya solicitó la extradición de Fornel para que sea procesado por esta causa y en los próximos días va a interesarse por el estado de esta petición.

En un segundo peldaño del organigrama se sitúan los otro siete procesados que actuaban de forma activa en la introducción de hachís, pero en labores de menor importancia desde el punto de vista estratégico como la descarga de fardos. Todos ellos han sido sentenciados a penas que van desde los seis años y nueve meses a los cuatro años y nueve meses por un delito contra la salud pública. Aunque a uno de ellos, a Manuel Jesús Ramírez Trujillo, le aplican dos atenuantes como son el arrepentimiento y cierta disminución psíquica, fijándose su pena final en dos años.

La rama de la organización que se encargaba del blanqueo del dinero obtenido mediante el narcotráfico la componían seis acusados; todos ellos familiares directos de los cabecillas como las madres o los hermanos. En total, son seis personas que han sido condenadas a tres años y cuatro meses de prisión (a Juan Manuel, hermano de Chano, le suman a su pena final un año y seis meses más porque en su casa apareció un kilo de hachís que no pudo relacionarse con la mercancía introducida por la banda).

El tribunal ha desestimado argumentos empleados para descargar de culpa a estos procesados tales como el miedo patológico que tenían a un enfrentamiento directo con los cabecillas si se negaban a sus pretensiones. De la misma forma, tampoco se les ha aplicado a los principales condenados las atenuantes que solicitaban sus letrados de adicción a las drogas.

Además de las penas de cárcel, el tribunal ha ordenado el decomiso de todos los bienes embargados a los narcos y la imposición de cuantiosas multas que llegan a los cuatro millones de euros en el caso de los líderes de la organización.

Anuncio de demanda

En la absolución dictada para ocho procesados ha sido fundamental y así lo recoge el fallo judicial, el testimonio aportado por el párroco y un concejal de Conil que aportaron coartadas solventes a uno de los acusados. Su letrado, Manuel Montaño, adelantó que van a presentar una demanda por los dos años que ha pasado su cliente en prisión; una iniciativa que es probable que la impulsen más defensas.

stubio@lavozdigital.es