No generalizar

Cuando veo por televisión los vídeos donde salen algunos vigilantes del metro de Madrid tratando de manera xenófoba a inmigrantes y escucho cómo la gente hace comentarios despectivos hacia los que trabajan en este gremio (llamándoles racistas, chulitos de discoteca, policías frustrados, etcétera), enseguida me vienen a la cabeza noticias que he leído en la Prensa, como aquélla que hablaba del vigilante del metro de Bilbao que se lanzó a las vías sin pensárselo dos veces para salvar a un pasajero que cayó accidentalmente a ellas, justo unos segundos antes de que llegara el metro; o aquella otra noticia del vigilante que murió en Málaga de un disparo en el pecho por intentar evitar que unos ladrones robasen en una entidad bancaria; y otras muchas más en las que estos señores siempre han demostrado ser unos excelentes profesionales. Los cuatro inconscientes que han hecho esas gamberradas xenófobas ni siquiera ellos mismos saben el daño que han provocado, a los inmigrantes que agredieron y a sus propios compañeros.