TRANQUILO. Oli ya tiene casi salvado al Marbella y no quiere que baje el Portuense. / LA VOZ
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Oli: «El Marbella me ha hecho olvidar el sinsabor que tuve en el Cádiz»

Sólo una carambola improbable impide que el equipo malagueño esté salvado «Deseo que se salve el Portuense», próximo rival, «pero primera está el Marbella»

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Su valentía (u osadía) le han acompañado desde que se calzara las botas y comenzara a jugar al fútbol. Por ello tomó el timón de un transatlántico llamado Cádiz, y bajó al último peldaño de Segunda B para enderezar el rumbo de un desahuciado Marbella. Oliverio Álvarez dio un paso atrás y cogió al farolillo rojo con el fin de salvar la categoría. Casi ocho meses después, el asturiano celebró triunfante la importantísima victoria ante el Baza que prácticamente le otorga la permanencia en Segunda División B.

No es definitivo, pero se tendría que dar una carambola improbable para que el conjunto malagueña tuviera que jugar la promoción. El Baza debe ganar al fortísimo Marbella y producirse un quíntuple empate en el que estuvieran Puertollano y Lorca. Por ello, los pupilos de Oli han celebrado ya la salvación, aunque no se espera que bajen el pistón ante el Racing Portuense, el rival de la próxima jornada y que se juega la vida.

Hombre para todo

El ovetense, gaditano de adopción y con domicilio en El Puerto, confiesa sus deseos. «Me gustaría que se salvase el Racing, o que como última bala tenga la promoción, y que baje cualquier otro. Pero primero están los intereses del Marbella. De todas formas, creo que el Baza lo tiene muy difícil ante el Mérida, que se juega el ascenso». Apunta a «una tarde de transistores, con unos quince últimos minutos de mucha emoción».

Oli ha recuperado la felicidad tras su mala primera experiencia como entrenador en el club de Carranza. «He trabajado muy a gusto pese a las limitaciones, pues tenemos uno de los presupuestos más bajos de la categoría. No he tenido tiempo de aburrirme porque tenía que organizar los viajes, buscar campos de entrenamiento y demás. Ha sido una experiencia fuerte, intensa y de muchos nervios, porque el equipo estaba con la moral por los suelos. Pero todos estos retos, cuando sustituyes a un entrenador, son muy difíciles ya que lo echan porque la cosa va mal».

Después de todos estos meses de sufrimiento «he madurado. He aprendido mucho y me ha hecho olvidarme del sinsabor que tuve en el Cádiz, aunque sigo manteniendo una relación muy estrecha con muchas personas relacionadas con la entidad».

De lo que está más orgulloso es «de los cuatro fichajes que hicimos en el mercado de invierno. No podía hacer experimentos y me traje a futbolistas que conocía bien. Antes nos faltaba equilibrio, pero en el 2008 hemos sido el sexto mejor equipo de la categoría, y hemos terminado muy bien físicamente».

Curiosamente, el secretario técnico con el que ha trabajado se ha marchado con Alberto Benito para planificar la próxima temporada en el Almería.

Con su carácter levantó los ánimos de sus futbolistas, que «nunca perdieron la fe». Ha cumplido con su cometido, y el futuro se le presenta como una incógnita, aunque podría estar lejos de la Costa del Sol.

Este domingo se cruzará en el camino de muchos amigos, como Velázquez, Suárez, Zafra, Julio Puig y alguno más. En principio no habrá ayudas, porque el Marbella no está para tener un disgusto final. Aunque su corazón desea que el próximo año, ambos equipos vuelvan a verse las caras en la división de bronce.