SANCIÓN. Una trabajadora ayer, en la clínica Pascual. / E. S. M.
CÁDIZ

Pascual centra su lucha en retirar el uniforme de la calle

La clínica sancionará a los empleados que salgan con la ropa de trabajo Sigue manteniendo la falda obligatoria

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La clínica Pascual centra su respuesta en la declarada guerra de las faldas en su ofensiva de retirar los uniformes de la calle. En un comunicado que hará llegar a los comité de Salud de sus centros sanitarios, y al que ha tenido acceso este periódico, apunta que, «lamentándolo mucho», la dirección «no tiene más opción que adoptar las medidas necesarias para cumplir con el artículo 7 de Medidas Higiénicas, del Real Decreto 664/1997», que obliga al personal sanitario a «quitarse la ropa de trabajo» al salir de la clínica. Además, advierte que «habrá sanciones» para quien salga con el uniforme sanitario a la calle.

La medida, sin embargo, no tiene nada de nuevo. El reglamento, cuyo nombre completo es Protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el trabajo está en vigor desde su publicación en el Boletín Oficial del Estado, el día 24 de mayo de 1997. Desde esta fecha, «al salir de la zona de trabajo, el trabajador deberá quitarse las ropas de trabajo y los equipos de protección personal que puedan estar contaminados por agentes biológicos y deberá guardarlos en lugares que no contengan otras prendas», según esta norma obligatoria para todos los hospitales y clínicas sanitarias de España, desde hace más de una década.

La clínica Pascual, sin embargo, no puntualiza qué castigo recibirán sus médicos y enfermeros que salgan a partir de ahora con el uniforme a la calle, sin contar el tramo de la vía Diego de Arias, que separa las dos secciones de la clínica en Cádiz, y que la empresa considera «parte del recinto de trabajo».

Tampoco señala cuándo empezará a castigar a los trabajadores que infrinjan la norma. Ayer el trasiego de empleados uniformados entre ambas puertas de la clínica fue constante. Y algunos facultativos aprovecharon la zona de calle que la empresa considera «zona de trabajo» para fumar algún pitillo y charlar por móvil, sin despojarse de sus uniformes.

Falda, obligatoria

La guerra de las faldas se desencadenó a partir de una denuncia de una decena de trabajadoras de la clínica San Rafael de Cádiz, subvencionada por la Consejería de Salud, ante sus representantes sindicales -CC OO- que exigen poder elegir entre usar falda, como las obligan, o pantalones, como sus compañeros. La empresa mantiene que no ve «ningún impedimento» para que la falda siga siendo parte del uniforme que las empleadas tienen que vestir. Mientras que la cofia, también obligatoria hasta ahora, será sustituida «por el gorro sanitario» para «todo el personal con cabello largo, con independencia de su género».

«Pascual no atiende a las reivindicaciones de las trabajadoras, que piden poder vestir pantalones y no ser discriminadas por razón de sexo», afirmó ayer Luis Torres, secretario general de Sanidad de CC OO en la provincia.

esanmartin@lavozdigital.es