Cádiz espera la llegada de la Virgen a su simpecado junto a Triana
Los almonteños saltaron la reja de madrugada y portaron a la Señora. El obispo de Huelva, José Vilaplana, presidió el pontifical junto a la Ermita
Enviada especial a El Rocío Actualizado: GuardarLa Virgen del Rocío espera el momento de que los almonteños salten la reja de madrugada para bendecir a todos sus hijos, los que han podido acudir ante su ermita, y los han tenido que permanecer en sus hogares por distintos motivos. Una noche especial que sucede tras una mañana intensa en esta pequeña localidad de la costa onubense.
A las 10 de la mañana, en el real del Rocío, ante el monumento de la Coronación Canónica –junto a la santuario- el obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco, presidió el pontifical acompañado, para concelebrar la eucaristía, los capellanes de todas las hermandades del Rocío del mundo, 107, la de Almonte y la del resto de las 106 hermandades filiales.
Bajo un cielo entoldado, el prelado de la Diócesis Onubense quiso transmitir a todos los rocieros el verdadero sentido de su presencia en La Aldea y de la importancia de la celebración de Pentecostés durante la homilía ante la presencia de numerosos rocieros que ocupaban los asientos dispuestos en el real. Además insistió en la importancia de presentarle los respetos a la Virgen con devoción y, que cada petición que se haga a la Virgen, se hiciese con devoción. El obispo de Huelva predicó con la intención de llegar al interior de cada devoto de la Reina de las Marismas.
La misa, cantada por el coro de la Hermandad del Rocío de Sevilla, continuó con la protestación de fe que proclamó el secretario de la Hermandad Matriz de Almonte y, después, fue ratificada por los presidentes y hermanos mayores de todas las hermandades, que pasaron con su simpecado junto al altar dispuestos para la celebración de la eucaristía.
A las doce de la mañana finalizó el pontifical y los rocieros se dispersaron con una alegría contenida a la espera de la salida de la patrona de Almonte.
Y llegó el momento en que los rocieros se unieron en hermandad para comer y disfrutar de esta última jornada para muchas hermandades. Las mesas se llenaron de nuevo de viandas que llenaron los estómagos de los romeros.
La ilusión por ver a la Virgen del Rocío en la calle horas después se palpaba en el ambiente, pero también la tristeza de otra romería que se va. Pero aún así, las palmas al compás de las sevillanas sonaron de nuevo acompañadas por el sonido de la caja y las castañuelas.
Por la tarde se celebraron las misas de muchas de hermandades a los pies de la Blanca Paloma. Con el simpecado, los romeros rezaron de nuevo en el interior de la Ermita.
Otros, sin embargo, decidieron descansar antes de afrontar una larga noche que se prolongaría ante la mañana del lunes de la mañana.
Pero antes, a las doce de la noche, se celebró el tradicional rosario de todas las hermandades ante la Virgen. A las once de la noche los hermanos de Cádiz estaban citados en la casa de hermandad para llevar el simpecado hasta la ermita. Y no faltó nadie. Más de 500 hermanos de la corporación que habían podido desplazarse hasta El Rocío estuvieron presentes en este acto previo a la salida de la Virgen en la madrugada.
La penúltima noche
No querían que se acabase El Rocío. Y por eso la fiesta se alargó hasta la mañana en La Aldea. Tras las cenas en las casas, donde todo era de todos y los invitados formaban parte de la familia rociera, comenzaron a sonar las palmas y cantar sevillanas a la Virgen del Rocío. Grupos de familias formaron juergas en las casas. Bailes y sonidos de fiesta que no cesaron hasta el alba.
Las puertas volvieron a abrirse para que todo el que quisiese compartir un rato entre rocieros. En la hermandad matriz de Almonte, en la de Cádiz, Puerto Real, Rota o San Fernando se celebraron cenas de convivencia.
En casa del Caleti, por ejemplo, la pequeña Saira, de tres años, no paró de bailar durante horas mientras que su madre, Caty, cantaba sevillanas, rumbas y fandagos de Huelva.
Rostros conocidos
En la casa de los Lamparero fueron espontáneos los cantes de hermanos de la Hermandad de Cádiz, Jerez o Triana. Todos lo pasaron en grande.
Y en la casa de los hermanos de la Asociación de Chiclana, Antonio El Alemania también deleitó con su voz a los presentes.
La teniente de alcalde del Ayuntamiento de Cádiz, Mercedes Colombo, abrió las puertas de su casa a la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, a Ismael Beiro y a Andy, del dúo Andy & Lucas.
Pero algunos rocieros aprovecharon la noche a visitarla a Ella. La Ermita, aunque con menos público que por la mañana, los devotos fueron a rezarle de noche y agarrarse de nuevo a la reja.
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