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¿La pérdida de una herencia?

La Plataforma en Defensa del Patrimonio alerta de que «la libre interpretación de la normativa está destrozando los restos de la historia de la ciudad»

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Jerez es una de esas ciudades que por sus dimensiones e historia posee un patrimonio de excepción. A diario paseamos ante casas, bodegas, iglesias o monumentos de una gran belleza y valor que pasan totalmente desapercividas ante nuestros ojos. Es más, con mayor frecuencia parte de este patrimonio desaparece, borrando con ello un trozo de identidad sin que a casi nadie le resulte ese un problema. Y es a casi nadie porque desde hace unos meses varios amantes de esta ciudad y de su herencia han decidido unirse para defender los bienes arquitectónicos que se conservan de otras épocas. De hecho, la Plataforma en Defensa del Patrimonio, que encabeza José Montero, es fruto de un movimiento social que se dio a conocer tras el inicio de las obras en los aledaños de la Ermita de Guía.

La paralización de las obras para la construcción de 193 viviendas que está llevando a cabo el Grupo Osuna en los alrededores de la Ermita ha sido su primer gran reto, y aunque en la actualidad parece que no hay nada que hacer en este sentido, ellos han dejado claro que con esta urbanización privada «no se está respetando el patrimonio de la ciudad», una postura que respaldaron más de 3.400 firmas, que fueron recogidas en menos de 15 días y presentadas en el propio Ayuntamiento.

«En el tema de la Ermita de Guía, como en cualquier otro relacionado con el patrimonio jerezano, está fallando la voluntad política. A pesar de que los terrenos que rodean a la Ermita fueron vendidos hace años, será el señor Juan Pedro Crisol, delegado actual de Urbanismo, y Pilar Sánchez, la alcaldesa, quienes se señalen en el futuro como los responsables de la destrucción de uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad», indicó José Montero.

Es importante señalar que la herencia que posee Jerez está protegida por leyes «muy buenas». Así, desde la propia plataforma se sostiene que tanto la Ley del Patrimonio Histórico Andaluz como otras normativas estatales e internacionales «serían más que suficiente para proteger todos los edificios o monumentos que tienen cierto valor en la ciudad». No obstante, el problema radica principalmente en que «existen muchas interpretaciones erróneas de las normativas. Los arquitectos quieren innovar de forma constante en su trabajo, algo que es normal. Pero se debería obligar a estos a que dejaran las cosas de mayor valor de inmueble que estén rehabilitando tal y como estaban, para que pudiéramos leer en ese edificio parte de la historia de la localidad», recalca el presidente de la Plataforma.

De esta forma, es necesario que no sólo se conserve la fachada de un inmueble concreto que se esté reformando sino que «se mantenga buena parte de su interior. Eso no quiere decir que nosotros seamos inmovilistas, lo que queremos es que podamos mirar a nuestro alrededor y descubramos parte de nuestra herencia patrimonial».

Para ello, la Plataforma -que pronto se trasformará en una asociación legalmente constituida- defiende la necesidad de que «sean historiadores quienes supervisen la rehabilitación de algunos inmuebles. Este punto no es obligatorio por ley, aunque pensamos que debería serlo. De hecho, pretendemos crear un grupo de expertos en esta materia, dentro del colectivo que hemos formado, para que cualquier ciudadano que vaya a restaurar una vivienda pueda acudir en busca de asesoramiento para que el patrimonio que posee se destruya lo menos posible».

Y es que José Montero tiene algo bastante claro: «Tirar edificios o hacer restauraciones falsas, donde el inmueble pierde su sentido histórico, es destruir nuestra ciudad». Para innovar y hacer edificaciones modernas, que en un futuro también formarán parte del patrimonio de Jerez, el colectivo insiste en que «hay muchas zonas dentro del término municipal de Jerez. No entendemos qué necesidad hay de crear un edificio de diez plantas junto a la Ermita de Guía, que tal vez en un futuro no muy lejano tenga que ser demolido como ocurriera hace algunos años con un inmueble de cuatro plantas que se construyó cerca de la plaza de La Asunción y del que tuvieron que tirar la última planta».

En relación directa al papel que juegan los políticos en este asunto, José Montero no tiene pelos en la lengua y subraya que «son ellos quiénes tienen la responsabilidad de velar por el patrimonio presente y futuro de la ciudad. Ellos son los principales causantes de que se den licencias de obras para que el patrimonio se destruya y se ponga en peligro la herencia de Jerez».

Igualmente señalan que es fundamental para poder interpretar bien las leyes concienciación ciudadana, ya que «no podemos permitir que casas palacio, como la que existía en la calle El Pollo, desaparezcan sin más. Ese inmueble en concreto era un edificio barroco precioso que tenía un retablo rococó -que era muy pobre pero digno-».

Además de todo lo expuesto, los miembros de la nueva asociación aseveran con bastante contundencia que «en Jerez hay zonas donde la ley de patrimonio no se está cumpliendo, algo que nos preocupa y contra lo que vamos a trabajar muy duro». Un nuevo reto que intentarán lograr.

braguilar@lavozdigital.es