El agresor de la mujer asesinada en Jerez ingresó ayer en prisión

No todas las muertes son iguales. Algunas están marcadas por la violencia y el odio, como la de María Juana López, la mujer de 67 años asesinada el sábado por su ex pareja, y a la que ayer despidieron familiares y amigos en el funeral que se celebró a las 17.30 horas en el Tanatorio de Jerez. Mientras, su agresor, Francisco G. A., un anciano de 77 años, pasaba sus primeras horas en la prisión en la que permanecerá a la espera del juicio.

El sacerdote que ofició el funeral tuvo palabras para la injusticia de esta muerte «inocente». En la homilía, puso en su boca el pensamiento que pasaba por la mente del más de un centenar de personas que acudieron a dar su último adiós a María Juana: la sinrazón de este fallecimiento marcado por la violencia.

Por eso, el funeral de esta nueva víctima mortal de la violencia de género -a la que por la mañana se le terminó de practicar la autopsia- se convirtió ayer en un clamor contra esta lacra social de los presentes, que se esforzaron en apoyar y dar consuelo al hijo de la víctima, José, y a unos familiares que estaban rotos por el dolor y la impotencia.

Uno de los momentos más desgarradores tuvo lugar justo en el momento en el que el féretro de María Juana llegaba a la capilla y su hijo se abrazó a él emocionado y gritando «Madre, ¿qué te han hecho?». Otros familiares y vecinos también se mostraron muy afectados, como una sobrina de la víctima que no pudo hacer frente al dolor y tuvo que abandonar la sala.

Minutos después, cuando el féretro que portaban el hijo y otros familiares era introducido en el coche que lo llevaría hasta el cementerio de Nuestra Señora de La Merced, volvieron a vivirse emocionadas escenas de desconsuelo entre el silencio respetuoso del resto de los presentes.

El último adiós a María Juana también estuvo marcado por las noticias sobre la suerte de su presunto asesino, Francisco G. A., que viajó desde Sevilla para cometer el crimen y que ayer por la mañana prestó declaración ante la jueza de guardia.

Según fuentes policiales, el agresor de María Juana fue trasladado a las dependencias judiciales por la mañana, y allí declaró ante la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Jerez, quien después de oír su testimonio dictó un auto de prisión provisional comunicada y sin fianza contra el que fuera la ex pareja de la víctima, con la que había mantenido hasta hace pocos meses una relación sentimental. Francisco G. A., que violó la orden de alejamiento que pesaba sobre él desde el pasado marzo por amenazas telefónicas, ingresó ayer en la prisión de Puerto II.

A esta violación de las medidas de prevención se refirió ayer José, el hijo de la víctima, que por la mañana acudió con su mujer a la Comisaría y que no pudo dejar de traslucir su impotencia en declaraciones que realizó a algunas televisiones y en las que se lamentaba de que «ésta es la crónica de una muerte anunciada».

Por su parte, fuentes del equipo de Gobierno anunciaron ayer que el Ayuntamiento está estudiando presentarse como acusación particular en el juicio contra el detenido, para lo cual ha encargado al servicio jurídico de la Corporación local un informe donde se estudie si dicha iniciativa resulta viable.

Una nutrida representación del equipo de Gobierno municipal, encabezados por la alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez, que el día antes estuvo en la aldea de Almonte con la Hermandad del Rocío de Jerez, asistió ayer al funeral y pudo dar el pésame. Entre ellos no faltó, la delegada de Igualdad, Margarida Ledo. También quisieron acompañar a los familiares varios concejales del principal partido de la oposición, el PP, con María José García-Pelayo al frente.

El Ayuntamiento, que decretó el mismo sábado tres días de luto oficial, también ha convocado para hoy lunes a las 13.00 horas una concentración de repulsa a este crimen que se celebrará a las puertas del Consistorio.

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