España reorienta su estrategia exterior con Asia para atraer nuevas inversiones
El Gobierno pretende exportar su modelo de colaboración pública-privada y participar en una cartera de contratos por valor de 12.000 millones de euros anuales
Actualizado:El Gobierno quiere volver a 'poner en hora' el todavía algo desfasado 'reloj' del comercio exterior español, donde pese a los cambios introducidos en los últimos años en su anticuada maquinaria los resultados obtenidos son aún «realmente modestos», como reconocen los propios técnicos del departamento de Industria, Comercio y Turismo, que en esta legislatura será dirigido por Miguel Sebastián. Dentro del plan estratégico que ha 'heredado' para el periodo 2009-2012, el nuevo ministro pretende conceder una importancia especial al plan integral de apoyo a la internacionalización de las empresas españolas, sobre todo con vistas a Asia, «un mercado donde no podemos permitirnos tener una presencia tan limitada como hasta ahora», coinciden los responsables económicos del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero.
Los objetivos de ese proyecto pasan por reforzar el despliegue empresarial en mercados emergentes, potenciar la imagen de España y apoyar de manera especial la estrategia de aquellas compañías que incorporen acciones de investigación, desarrollo e innovación, la manida pero poco desarrollada I+D+i.
Presencia
En esta última línea se enmarca otro plan, el de internacionalización de la tecnología, que se dirige como sectores prioritarios a las infraestructuras, el medio ambiente y la energía, las telecomunicaciones y la tecnología industrial. Según su memoria, 1.300 sociedades españolas que operan en más de 80 países -con mención especial a India, China o Japón- se benefician de su ayuda promocional, pero ello no garantiza contratos.Y es aquí donde entra en juego otro de los proyectos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), con el que pretende que las empresas españolas tengan en las instituciones financieras multilaterales un peso más acorde con su contribución a ellas. Hasta ahora, su participación en los contratos patrocinados por organismos como el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo, la Corporación Andina de Fomento o el Banco Asiático de Desarrollo ha sido simbólica. «No podemos seguir así», dicen desde el Gobierno, porque no sólo es darle más opciones a los competidores norteamericanos y europeos sino, además, perder una buena oportunidad de lograr financiación externa en un momento de fuerte «desaceleración» económica en España.
'Aprovechados'
Sólo en el caso del Banco Asiático, cada año se ponen en marcha concursos por valor de 8.000 millones de dólares (unos 12.000 millones de euros) y las compañías españolas, ya sea por desconocimiento, poco o mal asesoramiento e incluso el escaso peso político de su administración nacional, apenas han tenido acceso a ellos.
De hecho, desde 2003 sólo una docena (entre ellas, Indra, ACS, Unión Fenosa o Abengoa) han logrado alguno de esos contratos, por un importe aproximado de 70 millones de dólares. La reciente asamblea anual del BAsD (la número 41), celebrada en Madrid a principios de semana, ha sido aprovechada en parte por el Ejecutivo para empezar a cambiar la situación actual. Tras los eventos principales, el ICEX ha auspiciado una serie de jornadas técnicas para «intercambiar experiencias y necesidades» entre los países asiáticos y España, respaldadas por el propio vicepresidente económico, Pedro Solbes.
En ese marco, se invitó a una delegación multinacional -con altos cargos ministeriales de los dos 'gigantes' asiáticos, además de Vietnam, Indonesia, Filipinas, Pakistán, Brunei y Malasia- a visitar en los últimos días diversas instalaciones españolas ejemplos de innovación en los sectores citados. En estos encuentros, el ICEX incidió de manera especial en los PPPs, siglas que esconden algo tan simple pero rentable para ambas partes como las participaciones público-privadas. En España funcionan desde hace muchos años, sobre todo en las redes de transporte.