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DEFENSA. Chori saca un balón de las inmediaciones del área azulina. / ANTONIO VÁZQUEZ
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La falta de tensión del San Fernando provoca su primera derrota en casa

Antonio Iriondo presentó un equipo titular plagado de bajas que no supo superar a un Pozoblanco que llegó a Bahía Sur con las ideas claras

FERNANDO PEREA
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Era el partido propicio para cualquier equipo que llegara al terreno del San Fernando. El accidente se llama ahora Pozoblanco, pero podía llamarse Cualquiera CF. Cuatro meses sin cobrar los jugadores isleños, enormes problemas personales y familiares derivados de esta situación en estos largos 120 días, y nadie había tumbado al líder en su feudo.

El equipo de Antonio Iriondo comparecía al partido con seis jugadores nada habituales (Lagostena, Javi Muñoz, Reque, Regino, Javi Casares y Chori) y con un banquillo de promesas de futuro, pero no de realidades de presente. Las numerosas bajas por lesión (Wicha y Merino) y por sanción buscada -hay que llegar a las eliminatorias de ascenso, sin tarjetas acumuladas- hacían del perfil del San Fernando un equipo para nada representativo del que es Campeón de grupo. Con lo justito los pozoalbenses marcaron a los nueve minutos en un lanzamiento de falta desde muy lejos de Pablo Niño que acertó a peinar Fernández (incluso en la grada se cuestionaba que la participación del futbolista del Pozoblanco se limitó a hacer de estorbo para el meta Raúl Iglesias). Lo cierto es que el balón termina dentro y ahí se acabó el 50 por ciento del ímpetu de los cordobeses. Del partido, poco que contar. La siguiente vez que hubo algo reseñable fue cerca de la media hora. Isidro obliga a Raúl Iglesias a despejar en dos tiempos. Por su parte, el San Fernando lo intentaba pero topaba con un obstáculo insalvable en forma de asistente. El de la banda de tribuna en la primera mitad tenía engrasado el muelle de levantar el brazo derecho y marcaba fuera de juego hasta cuando el balón estaba en manos de Raúl Iglesias.

La segunda mitad cambia muy poco la decoración. Algún intento de Javi Casares, que debe reivindicarse en estos partidos con los que cuenta, en los primeros minutos. Un despeje de Acaiñas que cogió un globo camino de la puerta de Raúl Iglesias y preocupó al vasco, y nada más hasta el minuto 70. Ahí ya sí que hubo partido. El Pozoblanco veía que el San Fernando podía empatar y se asustó tanto que tiró hacia delante: Rubén Ferrada (73'); Gutiérrez (77')- y, sobre todo, Tato (85')- llevan el peligro. Las dos primeras ocasiones ponen a prueba a Raúl Iglesias, que las envía a corner, y la tercera da en el larguero. Entre medias, intentonas de Puli y una clara en el 83 de Iván, que manda a las mismas nubes.

No hubo más. El San Fernando pierde su primer partido como local, justo en el último encuentro de la liga regular. Un accidente que no tiene importancia alguna.