«La crisis acaba de empezar y podemos perder 50.000 empleos más en Cádiz»
«Un joven que estudia Arquitectura quiere ser arquitecto; uno de Medicina, médico; y uno que cursa Empresariales aspira a ser funcionario como mucho» «La oferta y la demanda de empleo no coinciden porque cada uno va por su lado»
Actualizado: GuardarLos empresarios gaditanos se sienten como los dinosaurios cuando empezó a notarse en el ambiente que la extinción estaba ahí. Su presidente, Miguel González Saucedo, completa el símil con una sonrisa, como echándose atrás en la exageración, pero la situación económica no llama a la salvación. Tampoco las peculiaridades de una provincia «que tiene todas las riquezas posibles y no las sabe aprovechar». La solución parece evidente, incluso en su triplicación: «Trabajo, trabajo y trabajo».
-Se ha pasado de moderación a ralentización, de frenazo a crisis. ¿En qué momento económico está la provincia?
-Es verdad que al principio hablábamos de desaceleración, pero en cuanto la inflación supera al crecimiento hay que hablar directamente de crisis. También conocemos ahora un poco más de su dimensión, que nos llevará aún hasta finales de 2009 en esta coyuntura. En la provincia de Cádiz todo es más complicado, ya que su situación ya era grave antes de que empezara todo, con lo que hemos pasado de una situación crítica a una muy crítica.
-Y acaba de empezar...
-De hecho, a nosotros nos preocupa mucho más el paro que va a venir que el ya existente. Aquí en Cádiz, el declive de la construcción puede afectar a unas 50.000 personas, entre empleos propiamente del sector y del resto. De hecho, creemos que el sector servicios sufrirá un repunte del 20%.
-¿No se veía venir todo esto?
-La crisis ha sido internacional y se ha producido una especie de tormenta perfecta de circunstancias. Pero en España, Andalucía y Cádiz, además, ha habido un problema absoluto de falta de planificación por parte de las administraciones. Porque suelo desde luego que hay para seguir construyendo lo que queramos.
-Entonces, ¿cuál es el problema?
-La planificación. No puede ser que ahora falte suelo de todo tipo: residencial, comercial, turístico, industrial... Desgraciadamente, los planes generales de ordenación urbana arrastran un exceso de burocracia y llegan mucho antes las necesidades que las soluciones. Tenemos un sistema demasiado garantista, por el que un plan urbanístico puede estar años y años paralizado porque todas las administraciones tienen algo que decir: la municipal, la regional y la estatal, en caso de ser una localidad costera. Y eso, desde el punto de vista del suelo. Luego está la diarrea de leyes que sufrimos. Hace poco, la CEOE denunció que los empresarios estamos sometidos a 22.500 leyes. Las reglas del juego no están claras y en pleno siglo XXI las empresas están sometidas a una gran inseguridad jurídica.
-Luego están los problemas de infraestructuras, cuya resolución siempre se reclama en las crisis.
-Cádiz ha crecido y sigue creciendo en todos los sentidos: viviendas, consumo, comercio... No así en sus infraestructuras, que siguen estando a un nivel muy inferior al potencial de la octava provincia del país en población. Y cuando hablo de infraestructuras, no me refiero sólo a las carreteras sin desdoblar o a las conexiones ferroviarias entre las dos bahías, sino también a algo tan básico como la electricidad. Esta provincia es generadora de electricidad y después tiene graves problemas de suministro. Un ejemplo claro fue el cable que se tendió entre Tarifa y Marruecos con la intención de venderles energía. Pues resulta que en verano somos nosotros los que usamos ese cable para traer potencia. Con estas carencias, cada día perdemos una oportunidad de negocio.
-Hablando de negocios, Cádiz tampoco destaca por un tejido empresarial numeroso.
-Falta cultura emprendedora. Desde la base, incluso. Quien estudia Arquitectura, quiere ser y será arquitecto; quien estudia Medicina, médico; el que hace Empresariales, piensa en ser funcionario. Hacemos muchas encuestas en la Universidad y siempre nos sale lo mismo. No hay cultura del riesgo, sino la búsqueda del despachito y del horario de oficina.
-El ambiente no es el mejor para emprender, desde luego.
-No, eso es evidente. Desde la burocracia que tenemos que afrontar a la hora de crear un negocio hasta esa gran competencia desleal que es la economía sumergida. Aquí en la provincia existe un paro oficial y un paro real; la diferencia entre ambos es la economía sumergida. Hay muchos trabajadores que prefieren seguir cobrando el paro y en negro durante los años que haga falta porque les compensa.
-Lo curioso es que luego falte mano de obra en los astilleros, en los talleres de coches...
-Aquí no coincide la oferta con la demanda, ni en la administración, ni en la universidad o la formación profesional. Nadie se pone de acuerdo y mientras que faltan empleos básicos para nuestras empresas, los cursos oficiales de formación siguen dando clases a administrativos y a peluqueras. La Universidad también va por su lado, sin una relación directa con la empresa e investigando sobre el sexo de los ángeles. Después, en ciertos sitios prejubilan a especialistas a los 52 años y al mismo tiempo la empresa contigua tiene que contratar a polacos o portugueses porque no se cubre con mano de obra de aquí.
-¿Y cómo saldremos de la crisis?
-De la crisis tenemos que salir nosotros con nuestras propias manos, y no esperar que venga otra vez Mister Marshall a salvarnos. Del fondo sólo se sale con trabajo, trabajo y trabajo.