Amores píos
Amanecía en las Puertas de Tierra. El Sol le daba en la misma cara a San Germán que con el brazo levantao parecía que iba a arrancarse... por sevillanas... Se está perdiendo todo.
Actualizado:El Pajarito con cuerpo de huevera de tienda de a 20 duros no puede ser más gaditano...allí estaba mirando la obra del antiguo Gobierno Civil, como un jubilado más. Se ha integrado pronto. A lo lejos se oyó un cohetazo. Voces celestiales se acercaban como de la nada. «A los romeros de Cádiz le gusta la ensaladilla (chipirón, chipiron, chipi, chipi, ron, chipi, ron). A los romeros de Cádiz le gusta la ensaladilla (bis) y por eso to los trajes llevan una jartá de mancha amarilla (chipiron, chipi, chipi, ron, chipi, ron). Mira a Margari, Mira a Margari. La mancha que lleva la veo más oscurilla...y es que la tapa de ella era de tortilla (chipirón, chipiron, chipi, chipi, ron, chipiron)».
Las voces angelicales se oían cada vez con más fuerza fortalecidas por la misa de romeros y por la peregrinación al Ayuntamiento. El pajarito, aún advenedizo en la complicada vida festiva de la ciudad trimilenaria, sorprendiose de la algarabía...y de las numerosas manchas amarillas, pero turbose de espíritu cuando una de las voces angelicales, tocada en lo alto con un gorro como de plato sopero, gritó ¿Viva la Blanca Paloma! Y el resto de las voces, con bella cadencia, parando un momento sus acompasados cantos, gritaban al unísono cual coro de ángeles, Viva.
El pajarito intentó volar preso del alboroto, pero dióse cuenta de que sus alas, al estar hechas de material de huevera, tenían más boquetes que la muralla china a la altura de Pekín, por lo que prefirió estarse quieto y dejar los vuelos para los de la Aeronáutica. Pero fijóse en el Sin Pecado y quedo prendado por la Blanca Paloma. Parecióle que sentía amor, pero pío...no vayamos a liarla.
Intento cantar, como si fuera Joselito, pero en jilguero, pero quedóse mudo de la emoción y comprobó que había sido creado con otra carencia, la de ser impío (pájaro que no puede píar).
Los romeros cantores se alejaban por la Avenida con destino al Río San Pedro donde abrirían unas pocas de fiambreras más de ensaladilla. El pajarito, piamente prendado, quedóse solo y soñó con que el año que viene lo lleven a cruzar el Quema y lo bauticen como chicharito del camino... darle el capricho al pobre mío que no puede volar.