Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
MUNDO

Una peligrosa campaña electoral entre patriotas y «traidores»

Serbia es un país donde grandes barbaridades están muy recientes, algunas más admitidas que otras, y por eso no deben tomarse a la ligera unas elecciones en las que la cuestión de Kosovo, ha exacerbado la sensibilidad. En un lugar donde el ex primer ministro, Zoran Djindjic, fue asesinado en marzo de 2003 por representar la ruptura con el pasado y la esperanza de cambio es inquietante que su sucesor, el actual presidente Boris Tadic, haya recibido amenazas de muerte. Su delito es haber firmado un primer acuerdo de negociación con la UE que, en opinión de los nacionalistas, lleva implícita una cláusula en la que se renuncia a Kosovo. No está escrito en ninguna parte, como alega el partido de Tadic, pero da igual, es la principal acusación contra él en la campaña. Para los radicales es un «traidor». Lo dicen los carteles pegados por Belgrado.

I. DOMÍNGUEZ
Actualizado:

Jugar electoralmente con Kosovo es muy delicado y no sorprende que lo haga el partido cavernario de Tomislav Nikolic, protector populista de las esencias serbias. Pero sí que se le una el primer ministro, Vojislav Kostunica, el hombre que derribó el régimen de Milosevic en 2000 y compañero de fatigas de Tadic durante ocho años. Esta polarización en buenos y malos es más acentuada todavía en Kosovo, donde los líderes locales del Partido Demócrata, siempre minoritario en el territorio, se sienten hostigados. Prefieren no dejarse ver demasiado y apenas se ve su publicidad electoral en Mitrovica, la ciudad símbolo del conflicto al estar partida en dos por el río Ibar, con albaneses al sur y serbios al norte, la mayor comunidad serbia de Kosovo.

Riesgo de caza de brujas

Los nacionalistas locales, en cambio, están muy crecidos. Marko Jaksic, seguidor de Kostunica, ha definido a Tadic como «el mayor traidor de la historia reciente de Serbia» y el líder del Consejo Nacional Serbio de Kosovo, Milan Ivanovic, quiere presentar una querella criminal contra Tadic por «alta traición». Este clima ha envenenado la situación política y las elecciones marcarán su evolución. Si ganan los radicales irá a peor, y la situación de Kosovo se complicará aún más. «La división entre patriotas y traidores es una peligrosa señal del inicio de una caza de brujas, algo que puede acabar en guerra civil», advirtió el sociólogo Zarko Trebjesanin.

La victoria de Nikolic o Tadic también será decisiva para afrontar una de esas barbaridades pendiente, la entrega de los criminales de guerra Ratko Mladic y Radovan Karadzic. Nikolic, que cree que Slobodan Milosevic fue un blando, ya ha dicho que aunque supiera donde están nunca los arrestaría.