De la Vega dice a Montilla que la reforma de la financiación cumplirá sus plazos

El Gobierno se comprometió ayer a que el nuevo modelo de financiación autonómica se negocie respetando los plazos previstos. Así lo manifestó la vicepresidenta del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, en respuesta al presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, quien considera inaceptable postergar esta reforma y ha advertido del riesgo de «desafección» de los catalanes con la política española si esta no se produce.

Fernández de la Vega, que se encontraba de viaje oficial en Níger, subrayó que es voluntad del Gabinete presidido por Rodríguez Zapatero alcanzar un acuerdo «en los tiempos previstos y marcados y con el mayor grado de consenso posible». Trataba así de tranquilizar a Montilla, quien ha insistido en las últimas horas en sus críticas a los que pretenden aplazar la consecución de un nuevo sistema de financiación autonómica para abordar de forma urgente las soluciones a la crisis económica, opción por la que apuesta el ex presidente Felipe González. La vicepresidenta destacó que el Gobierno no ha abandonado su compromiso. «Desde el primer día estamos poniendo todos los medios para llevar a cabo esa reforma, que es necesaria e importante», dijo.

La vicepresidenta argumentó que el Ejecutivo «trabaja, dialoga y habla para conseguir un acuerdo», objetivo que se alcanzará «teniendo la mejor voluntad todos». Según Fernández de la Vega, el nuevo sistema de financiación ha de perseguir los principios de suficiencia financiera, mayor responsabilidad fiscal e igualdad entre los españoles y los territorios.

Violación de la ley

José Montilla advirtió (en un artículo publicado ayer por 'El País') al Gobierno central que posponer las negociaciones sobre el nuevo modelo de financiación catalán «violaría la ley, sería injusto y tendría riesgos políticos». Montilla recalcó que «el Estatut dispone que antes del 2008 se debe llegar a un acuerdo de financiación bilateral para su aplicación a partir del 2009». A su entender, la negociación no puede dilatarse más allá de estas fechas ya que debe resolverse «una situación clamorosamente injusta».

Con estas palabras, Montilla respondió a Felipe González quien, en un artículo de opinión publicado en el mismo periódico, abogó por aplazar las conversaciones del nuevo modelo de financiación en un contexto de crisis económica para permitir que el Estado recupere capacidad inversora. El presidente catalán emplazó a González a no plantear «falsos dilemas» y argumentó que era «del todo inaceptable» que la situación actual «perpetúe una injusticia lacerante en la financiación que Cataluña necesita para atender los derechos y necesidades de sus ciudadanos». A la crisis económica, Montilla añadió «las tensiones políticas» y «las incomprensiones del debate estatutario catalán» como otros factores que están lastrando el proceso. Aún así, el presidente catalán señaló como receta para «construir futuros compartidos» una «España democrática, plural y federal».

En caso de no se cumplan los plazos previstos, «el riesgo es grande, porque podría acarrear el desafecto con la política española y la certeza de que un sistema injusto debe ser sustituido», aduce José Montilla. «De ahí a la reivindicación del concierto económico o a la consolidación de fenómenos como la Liga Norte italiana, sólo habría un paso», asevera el presidente de la Generalitat. Como conclusión a su artículo, José Montilla advirtió que «Cataluña no puede esperar más y no puede aceptar que se le diga que 'Ara no toca'». La ministra de Defensa, Carme Chacón, arguyó que Montilla había hecho una «aportación constructiva» al debate sobre el reparto de recursos financieros. En opinión de Chacón, «el Estado de las autonomías es una de las mejores cosas» que han pasado en España e «insistir en su éxito es bueno para todos».

En Cataluña, CiU celebró que Montilla «plante cara» para pedir un nuevo modelo de financiación, si bien advirtió que éste sólo se obtendrá si todos los partidos catalanes «van juntos». El portavoz de CiU en el Parlament, Oriol Pujol, alegó que el presidente de su partido, Artur Mas, reclama una cumbre con todos los líderes políticos catalanes «para preparar este frente». A su parecer, sería necesario que Montilla «pusiese los 25 diputados socialistas (del PSC en el Congreso) a trabajar conjuntamente con el resto de diputados catalanes» para afrontar las negociaciones del nuevo sistema. Por su parte, la portavoz de ERC, Marina Llansana, aplaudió «la contundencia» de Montilla y señaló la necesidad de que todos los partidos catalanes «hagan piña».