El Málaga se complica la vida cuando lo tenía todo a favor

El Málaga se complicó la vida para apuntalar el ascenso a Primera con la derrota sufrida ayer ante el Nàstic (1-2), que tomó oxígeno en su lucha por salir de la zona de descenso.

Fue el Gimnastic el que tuvo la ocasión más clara, en el minuto 4, al quedarse sólo Arpón por un desajuste defensivo. El equipo catalán conservaba más el balón y lo movía mejor, pero no llegaba con precisión a la portería contraria, mientras que el Málaga se dejaba dominar, su centro del campo no existía y las únicas embestidas llegaban por las bandas, aunque no encontraban rematador.

El partido transcurría sin excesivos agobios. Hasta que Paulo Jorge, prácticamente sin carrerilla, lanzó raso y pegado al poste izquierdo de Pérez y consiguió el primer gol para el Málaga en el minuto 24.

El Nàstic no se vino abajo, se fue al ataque y la igualada llegó tres minutos después, tras una falta lateral que aprovechó el central Abraham, quien sólo tuvo que empujar dentro de la portería, sin obstáculos por la desidia de la zaga blanquiazul.

El conjunto blanquiazul pudo nuevamente adelantarse tras una volea del centrocampista Cheli, que mandó a córner el guardameta Rubén Pérez, en el minuto 31, y al filo del descanso otro lanzamiento de Cheli, tras una pared con Hidalgo, lo volvió a frenar Pérez.

En la segunda parte el Málaga buscaba la victoria, aunque sin mucho acierto y el Nàstic se hizo más incisivo en su ataque aprovechando el atasco defensivo local. En el minuto 54 un desacierto de la defensa malaguista lo aprovechó Mairata, que empujó el balón dentro de la portería y dio la ventaja a su equipo.

El Málaga se mostró tocado anímicamente por el golpe recibido, las entradas de Peragón y Apoño no aportaron el estímulo necesario y el Nàstic parecía sentenciar de un momento a otro. Así, el visitante Campano no supo definir su disparo ante Goitia, que le ganó la partida, y el equipo malagueño pudo empatar en un remate de Peragón.