Primero de mayo

El Primero de Mayo está perdiendo protagonismo, los trabajadores no están por la labor reivindicativa y sí por el festejo: cualquier acontecimiento es capaz de convocar a más gente y jóvenes, por ejemplo, un concierto y no digamos un campeonato de liga. Hace unos días hemos visto la Cibeles a rebosar, y eso que era de madrugada, para festejar el triunfo del Real Madrid como campeón de la liga española de fútbol. Estos nuevos héroes apadrinados por la fértil Diosa Cibeles es la nueva aristocracia cuyos valores suenan a metálico (un futbolista de elite en una hora gana lo que un currante en un año). Pero que importa lo que interesa es ganar la liga. Este año ha sido más sonado el Dos de Mayo que el Primero de Mayo, de eso se han encargado Pérez Reverte y compañía. La monarquía y la burguesía han vuelto relucir pero esta vez en un abrazo fraternal, al proletariado, la mano, y flácida. Pienso que los currantes de nóminas estamos perdiendo protagonismo no sólo en la política sino también sindicalmente, no creo que estemos a la altura de las circunstancias. El Primero de Mayo pasó como gusta a los políticos que gobiernan, sin pena ni gloria. Mientras tanto, a ver cómo toreamos la crisis que se nos avecina.