CÁDIZ. El autor firmará hoy ejemplares de sus libros. / LA VOZ
ANTONIO GALA ESCRITOR

«Si un hijo mío me dijera que quiere ser escritor, lo estrangularía»

El autor mantendrá hoy un encuentro con sus lectores en Cádiz, «una ciudad que sabe vivir la vida como hay que vivirla»

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Antonio Gala (Ciudad Real, 1930) se reveló muy pronto como un verdadero prodigio literario. A los quince años, mientras estudiaba Derecho, devoraba versos de Rilke, Garcilaso y San Juan de la Cruz. Acabó tres carreras y, en un gesto de rebeldía ante su padre, ingresó en la orden de los Cartujos. Pero «la rígida disciplina monacal» no estaba hecha para él, y fue expulsado. En 1959 ganó el Adonáis de poesía. Desde entonces, ha cultivado todos los géneros. Es autor de algunas de las obras más vendidas de la historia editorial española. Esta tarde, en el marco de la Feria del libro de Cádiz, mantedrá un encuentro con sus lectores.

-¿Por qué empezó a escribir y por qué continúa haciéndolo?

-Por el mismo motivo: porque lo necesito para respirar. Cuando un escritor nace escritor no puede hacer otra cosa.

-¿Tiene algún recuerdo especial asociado a sus primeras experiencias con la hoja en blanco?

-Guardo uno precioso, emocionante. Empecé a escribir a los cuatro años y medio. Aún conservo el testimonio. Me castigaron -por dar una mala respuesta a mi ama-, a estar encerrado todo el fin de semana. Así que me senté en el suelo y me puse a inventar la historia de un gato, en una cuartilla. Mi padre entró y me preguntó, como enfadado: '¿Qué haces?' Leyó el papelito y me dijo: 'Puedes salir'. Cuando murió, yo renuncié a toda la herencia en favor de mis hermanos. Me quedé, solamente, con sus efectos personales: una cadena, un reloj y su cartera. Dentro guardaba, perfectamente doblada, aquella cuartilla con mi primer texto.

-Sin embargo, usted tuvo que estudiar tres carreras para poder satisfacer a su padre y dedicarse posteriormente a la literatura.

-Sí, pero no lo hice obligado. Yo quería complacerlo a él, que un hijo te diga que quiere ser escritor, si eres mínimamente consciente de lo que eso significa, es muy duro, casi intolerable...

-¿Cuál sería su reacción en el caso hipotético de que eso le pasara?

-Si un hijo mío me dijera que quiere ser escritor, lo estrangularía. Después, si consiguiera sobrevivir, se lo permitiría.

-¿Por qué?

-¿Porque hay que tener la certeza de esa vocación! ¿Saber que uno no elige, sino que es elegido! Eso es fundamental. No ser consciente de esa verdad conduce a la frustración, a la tibiedad...

-¿El amor, la soledad y la muerte son los tres únicos grandes temas?

-Los ingleses distinguen entre solitud y lonelyness. Solitud es la que tú buscas, la que tú quieres, que es la que yo tengo. Lonelyness es la soledad que se te impone, te hace daño, y te parte por la mitad. Yo no he aspirado nunca a la felicidad, sino a la serenidad... La felicidad me parece un trastorno mental transitorio. La muerte no me preocupa. Ni la deseo ni la rehuyo. Yo he tenido dos muertes clínicas. A la tercera va la vencida... En cuanto al amor... Sí, es un gran tema. Todos nacemos para ser amantes o para ser amado. Y, en esa dialéctica, caben miles y miles de palabras, escritas y por escribir.

-Hay escritores que dicen que el miedo a la página en blanco no se pierde nunca...

-No es mi caso. No tengo ningún miedo. El miedo paraliza, hay que aprender a dominarlo y a prescindir de él...

-¿Ser un escritor mediático ayuda a las ventas, pero perjudica en cierto sentido al prestigio?

-Bueno, ahí tenemos una falsa contradicción, propia del mercado editorial... No se puede juzgar la obra de un escritor de una forma definitiva hasta que no ha muerto, y su obra resposa unos años. Ahora hay envidias, luchas entre editores, etc...

-Tiene usted Cádiz en un alta concepto...

-¿Sí! ¿Adoro Cádiz! Allí pasé un carnaval maravilloso, junto con Pilar Paz Pasamar. Yo iba por las calles, enmascarado, sin bastón, entregado al anonimato... ¿Y me reconocieron! Una chirigota me dedicó unas letras... ¿Cádiz me conoce como yo conozco a Cádiz! Tengo como amuleto la moneda de los atunes...Es la más sabia de las ocho hermanas.. Porque es la única que sabe vivir como debe ser vivida la vida.

dperez@lavozdigital.es